El Museo Nacional de Bagdad abrió de nuevo sus puertas el pasado 23 de febrero tras seis años cerrado por la guerra de Bush. Faltan, debido al saqueo, decenas de miles de piezas arqueológicas, y entre las desaparecidas figura “la pila de Bagdad”. En 1936, en Khuyut Rabbou´a (Iraq), unas excavaciones arqueológicas sacaron a la luz numerosos objetos de diverso tipo, datados alrededor del inicio de la era cristiana, entre ellos unos recipientes de cerámica de 14 centímetros de alto y 4 de diámetro, con un cilindro de cobre en su interior que, a su vez, alojaba una varilla de hierro dentro; todo ello sujeto con un tapón de asfalto (recuerden que el alquitrán, por el petróleo, es abundante en esas tierras).
Si este descubrimiento se hubiese efectuado un siglo antes, todo el mundo lo habría relacionado con una representación hindú del dios Shiva como lingam. Pero los “hinbestigadores” han preferido autoengañarse y engañar en vez de investigar realmente. Éstos, como buenos desconocedores de ciencias, saben (pero no lo dicen) que cualquier pareja de metales diferentes en presencia de un electrolito genera un flujo eléctrico; tampoco dicen que la famosa “pila” de Bagdad nunca presentó el más mínimo rastro de electrolito y, en el caso de haberse utilizado para galvanizar o chapar metales, nunca se halló figura alguna en ese estado (y se han hallado miles en cientos de lugares).
Además, cualquier trozo de cobre sometido a la corrosión del electrolito no habría sobrevivido hasta nuestros días. Y tampoco se encontraron los filamentos o trozos metálicos que hubiesen unido las “baterías” en serie para un voltaje apreciable. Además, ¿para qué hubieran querido los antiguos iraquíes la electricidad? En el caso de haberla conocido, no tuvo aplicaciones prácticas.
Les recomiendo el artículo íntegro de la Wikipedia donde se exponen todos los puntos de vista, pero les ofrezco un párrafo que allí aparece:
Para König y Gray no había nada más fácil que afirmar que estos recipientes eran pilas. Sin embargo, la hipótesis de las pilas es insostenible: no se encontraron restos, ni siquiera trazas, de ningún electrolito dentro de los cilindros de cobre. Si estos recipientes se hubieran utilizado como generadores de tensión, deberían haber contenido algún electrolito, el cual, aunque hubiese pasado mucho tiempo, se habrían podido detectar en la actualidad. Además, tampoco se encontró el alambre necesario para hacer uso de las pilas.
El hecho de que al agregar sulfato de cobre como electrolito se haya generado una diferencia de potencial de 1,5 V, no implica que realmente se hubiesen utilizado como baterías, ya que cualquier otro recipiente que contenga dos metales puede generar una tensión eléctrica mínima si se le agrega algún elemento electrolítico.
La interpretación como oopart (hinbestigador fuera de la realidad) de algunos descubrimientos deriva de las carencias o intereses ocultos de la investigación. El más claro ejemplo lo tenemos en la representación del rey maya Pakal en la lápida que cubre su tumba. Los manipuladores la ponen en horizontal y ven al “astronauta de Palenque”, mientras que a poco que se conozca la cultura maya se comprueba fácilmente (y se ve la litografía en vertical) que Pakal sale del submundo y emerge hacia un nuevo mundo que representa el árbol sagrado ceiba, y el ave sagrada quetzal, clarísimamente visibles en la citada lápida.
La famosa “pila” de Bagdad, en cualquier caso, ha dejado de ser un oopart, cosa que nunca fue pero, aunque lo hubiera sido, ya no la tenemos. Ha desaparecido gracias a los de siempre: los enemigos de la cultura y señores de la guerra.
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