Los años van pasando, y ciertas cuestiones siguen estancadas desde su mismo origen espurio. Veamos:
Continúan año tras años las “alertas ovni” en programas de radio para deficientes intelectuales (y los aliens siguen su juego igual que el primer día, sin que los “himbestigadores” logren avanzar más allá de los mismos testimonios que hace 70 años)
Los “hespertos” en psicofonías siguen grabando las mismas memeces desde que se inventó el magnetófono.
Los colegios van a comenzar un nuevo curso, y los padres creyentes volverán a poner a sus hijos en manos de los apestosos ensotanados, para mayor gozo de sus libidinosas y pecaminosas mentes. Luego que no se quejen de que los curas violan a sus infantes.
Por supuesto, los dioses (ninguno de ellos) siguen sin dar señales de vida. Y sólo gracias al timo del “libre albedrío”, los ensotanados, barbudos o enturbantados mantienen sus teologías (cadena de disparates con los que someten a sus fieles para que les concedan a sus inocentes niños)
Podría seguir poniendo ejemplos de cosas que no cambian, pero ¿qué cosas están cambiando para que la respuesta a la pregunta que titula el post sea negativa? Veamos:
Vivimos tiempos convulsos, aunque hay quien podrá alegar razonadamente que siempre hubo tiempos convulsos. Sin embargo, nuestros problemas de hoy día están provocando un efecto que yo denomino “efecto embudo”. Es decir, tenemos conflictos de tipo económico (crisis económica), de tipo migratorio (falta de solidaridad), de tipo social (retroceso en derechos)… ¿Y qué es mi “efecto embudo? Pues que, al igual que la secta católica resume sus “mandamientos” en dos, yo diluyo todos los problemas anteriores y muchos más en uno solo: El desastre climático que se nos viene encima.
Todos habrán oído hablar de la ocurrencia de Pennywise de comprar Groenlandia (que se está derritiendo), todos habrán oído hablar de la lápida por un glaciar de Islandia, todos conocen que el Tibet se queda sin glaciares y, por tanto, se van a provocar hambrunas por falta de agua cientos de millones de habitantes de la India. Todos saben que, de momento, varias naciones del Pacífico e Indico preparan su evacuación por el aumento del nivel del mar. Todos asistimos al efecto invernadero de la Tierra como si de algo que se arreglará solo se tratase. Y no. Los problemas con los aranceles de Pennywise a China no son nada, ni el brexit británico es nada, ni lo de Venezuela es nada, ni lo de Irán,… Todo es NADA comparado con lo que nuestros hijos (no hablo de nietos, sino de ya mismo) deberán afrontar.
Los dinosaurios se extinguieron porque no vieron venir el asteroide que acabó con ellos. Sin embargo, nosotros, la Humanidad, somos la primera especie capaz de ver el problema de nuestra supervivencia, y sólo enfrentándonos a él YA podremos alegar en nuestra defensa que lo intentamos. De otra manera, nuestros hijos nos escupirán a la cara antes de nuestra destrucción.
Más información: Negacionista, ¿hasta cuándo lo serás?, Permafrost, Cambio climático IV, Adivinar el futuro, Alteraciones del sistema climático, El cambio climático (III), El cambio climático y El agujero en la capa de ozono.