Al más puro estilo musulmán, donde las estampidas en La Meca producen muchos muertos casi todos los años, en Angola, el Papa Benedicto XVI ha provocado otra estampida que acabó con la muerte de dos jóvenes y múltiples heridos. El Papa se irá de allí, y las familias de los fallecidos rezarán por la profunda huella que Dios ha dejado en ellos, mientras Su Santidad regresa al mundo de la opulencia, no vaya a ser que en Angola coja el SIDA. Eso sí, con más cara que cerebro, exhortó a los angoleños a que combatieran el “espiritismo”, bendiciéndolos con el “Espíritu” Santo. ¡Manda webos!
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