Los Dogon y el Misterio de Sirio, Parte I
Una etnia relativamente primitiva del África occidental parece poseer dentro de su sabiduría tradicional conocimientos astronómicos muy precisos sobre el sistema estelar de Sirio, que solo son factibles de obtener utilizando refinados recursos tecnológicos. Nos referimos, por supuesto, a los Dogon.
Los mitos de este pueblo contendrían referencias claras a la invisible acompañante de Sirio, una enana blanca que fue predicha por la ciencia en 1844 y descubierta en 1862. Aun más, la describirían con detalles tan exactos como sorprendentes, considerándola como muy pequeña y formada por el metal más pesado del mundo, y con un período orbital de 50 años, virtualmente idéntico al calculado por la astronomía occidental.
A primera vista, esto parece imposible. Un conocimiento de esa clase solo lo pueden haber recibido los Dogon de una civilización científicamente avanzada. ¿Extraterrestre? ¿Atlante? ¿O quizás simplemente de la civilización tecnológica geográficamente más cercana a ellos, la Occidental?
Sobre el supuesto mito Dogon se ha creado segundo mito, adventicio y moderno, que se inició cuando Robert Temple publicó en 1975 famoso libro “The Sirius Mystery”.
Este “mito sobre el mito” involucra la visita de seres extraterrestres a la Tierra en un pasado remoto. El siguiente artículo revisa diversos aspectos del tema. Dado que es bastante extenso, lo he dividido en dos partes por razones de comodidad. La parte I resume los aspectos más notables y divulgados del misterio, repasa diversos aspectos de la cultura Dogon, así como también la génesis del mito moderno y sus fuentes. La parte II está dedicada a las diferentes explicaciones que se le han dado al problema, incluyendo una sección referente al descubrimiento de Sirio C. También incluyo aquí las referencias que he utilizado. En el apéndice se reproduce un fragmento de uno de los mitos Dogon de la creación.
El Mito
Un pequeño y remoto pueblo del Sahel, en el África Occidental, puede ser la prueba más consistente de que la Tierra fue visitada en una época remota por seres del espacio exterior.
Se trata de los Dogon, tribu que habita en la actual República de Malí. Los Dogon son poseedores de una mitología tan rica como compleja; sus leyendas contienen conocimientos astronómicos que de ninguna forma pudieron haber obtenido por sí mismos, ni de un eventual contacto con visitantes terrestres. Esto le plantea a la ciencia un enigma que es incapaz de explicar, y que escapa por completo a las soluciones convencionales.
La sabiduría secreta de este pueblo contiene datos precisos y detallados sobre el sistema solar, que en muchos casos solo han entrado a formar parte del acervo de la astronomía moderna muy recientemente: describen a la Luna como “seca y estéril”, saben que el planeta Júpiter (al que llaman “Dana tolo”) tiene cuatro grandes satélites, conocen los anillos de Saturno, y que los planetas describen órbitas elípticas alrededor del Sol. Esta noción de que los cuerpos celestes siguen órbitas elípticas alrededor de un astro principal que se ubica en uno de los focos solo fue aceptada por la astronomía occidental a partir de Kepler, en el siglo XVII. Además, describen a la Vía Láctea como una galaxia espiral formada por millones de estrellas.
Sin embargo, los conceptos fundamentales de los mitos Dogon no se refieren al sistema solar, sino que giran en torno a Sirio, estrella de primera magnitud situada en la constelación del Can Mayor, a la que conocen como “Sigu tolo”, la “estrella del Sigui” (“tolo” significa “estrella”). Aún mas, la brillantísima Sirio es menos importante en la cosmogonía Dogon que su invisible acompañante, Sirio B, una enana blanca que no fue descubierta por la astronomía occidental sino hasta 1862. Los Dogon conocen a Sirio B como “Po tolo”, que se traduciría como “estrella Digitaria”; “po” es el grano de la Digitaria exilis, gramínea conocida popularmente como fonio o acha. El grano de la Digitaria exilis es el más pequeño que conocen los Dogon, y, por extensión, la más pequeña de las cosas.
La magnitud de Sirio B (“Po tolo”) es de 8,7, por lo que resulta absolutamente invisible a ojo desnudo; aún mas, la separación máxima de Sirio A y B es de apenas 11 minutos de arco (y un observador con visión perfecta apenas puede separar dos puntos luminosos separados por 42 segundos de arco). Para la primera visualización moderna de Sirio B, realizada en 1862 por Alvan Clark, se requirió emplear el mayor telescopio existente para la época. De acuerdo al mito Dogon, esta “estrella Digitaria” o Po tolo tarda 50 años en recorrer su órbita alrededor de Sigu tolo. El cálculo de los astrónomos es, sorprendentemente, de 50,04 años; el error de la estimación de los Dogon respecto a los datos logrados con los más refinados recursos tecnológicos es inferior al 0,08 %. El mito también proporciona otros detalles inquietantes acerca de Po tolo: la describe como blanca y compuesta de “sagala”, un metal muy denso y extremadamente pesado, el más pesado del universo. Esta es una descripción singularmente adecuada para una enana blanca. Además, afirman que Po tolo rota sobre su eje en un periodo de un año, lo que probablemente es una apreciación correcta. Según los Dogon, Sirio B ó Po tolo es la primera estrella creada por Amma y el eje del Universo. Consideran que el Sol y Sirio son dos estrellas gemelas, con un origen común.
Aún hay más: los Dogon conocen también otros componentes del sistema. Describen otra estrella a la que denominan “Emme Ya” (“el sol de las Mujeres” o “Sorgo hembra”), mucho mayor que Digitaria, pero cuatro veces más liviana, que recorrería su órbita alrededor de Sigu tolo (Sirio A) también en cincuenta años, pero a una distancia mayor. Alrededor de Emme Ya ubican un satélite que le sirve de guía, al que denominan “Nyân tolo”, “la estrella de las Mujeres”. La astronomía moderna no descubrió que Sirio es un sistema triple sino hasta 1995. Otro miembro adicional del sistema es la llamada “estrella del zapatero”, muy alejada de las otras tres y que se desplaza en dirección contraria alrededor de Sigui.
Los Dogon representan el sistema de Sirio en una figura que denominan “el huevo del mundo”, un preciso diagrama orbital en el que Sirio A ocupa uno de los focos de la elipse.
Cada sesenta años los Dogon celebran una ceremonia de renovación del mundo, llamada “Sigui”, asociada a la invisible Sirio B ó Po tolo. En esta ceremonia se emplean unas elaboradas máscaras con forma de cabeza de pájaro, llamadas “kanaga”, confeccionadas especialmente para esa ocasión, que posteriormente son cuidadosamente guardadas en refugios protegidos.
La leyenda Dogon afirma que la fuente primigenia de este insólito saber astronómico fueron los “Nummos”, seres que llegaron a la Tierra procedentes del satélite de Emme Ya, aproximadamente hacia el año 3000 A.E.C. Significativamente, el término “nummo” en la lengua Dogon se relaciona con el agua; también suelen referirse a ellos como “Maestros del Agua” e “Instructores”. Los describen como seres anfibios, con más forma de pez que de hombres; localizan su recalada en algún punto ubicado al nordeste del territorio en el que actualmente se asientan.
Esto establece inquietantes paralelismos con la leyenda sumeria de los Oannes, recogida por el historiador babilónico Beroso. Según el mito sumerio, los Oannes “tenían forma de pez mezclada con la de hombre”, y surgieron del Mar Rojo. ¿Cómo es posible que una remota y primitiva tribu africana pueda poseer desde la más inmemorial antigüedad unos conocimientos astronómicos que la ciencia occidental solo ha logrado obtener con el uso de técnicas muy sofisticadas y de instrumentos avanzados y precisos? Planteado así el problema, por supuesto, parece que la única solución es que los Dogon “recibieron” sus conocimientos de alguna civilización tecnológicamente avanzada. ¿Procedente de Sirio? Quizás, aunque antes de llegar a una conclusión quizás sea conveniente conocer algunos otros datos. Como veremos más adelante.
Algo acerca de los Dogon (sin delirios)
Los Dogon son uno de los numerosos grupos étnicos que habitan en la altiplanicie central de Malí y en Burkina Faso (el antiguo Alto Volta). Su territorio se encuentra ubicado en el Sahel, la zona semiárida de transición entre el Sahara al norte y las áreas tropicales húmedas del sur. Se trata de una comarca de sabanas herbáceas y arbustos dispersos, en la que la lluvia y la tierra arable son escasas.
Los datos acerca de su población son inseguros, siendo estimada por diversas fuentes entre los 100.000 y los 500.000 individuos, la mayoría de los cuales viven en las colinas rocosas, las mesetas y las montañas de los distritos de Bandiagara y Douentza, en Malí. En el primero de estos distritos, el grueso de la población se concentra en una franja de unos 140 kilómetros de largo, correspondiente a los llamados riscos de Bandiagara. Se denominan a sí mismos “Dogon” o “Dogom” (singular “Dogo”), pero en las fuentes antiguas suelen ser mencionados como “Habe”, palabra Fulbe que significa “extranjero” o “pagano”.
La correcta clasificación de su idioma es sujeto aún de dudas y controversias, siendo habitualmente clasificado dentro del Voltaico.
La historia temprana de los Dogon se conoce a través de sus tradiciones orales: se supone que su lugar de origen se encuentra en la orilla oeste del Níger, entre los siglos X y XIII. De acuerdo a la leyenda, los antepasados de los Dogon fueron cuatro hermanos de origen sobrenatural, llamados Dyon, Arou, Domno y Ono, que “debido a una disputa en su patria Mande […] decidieron dejar Mande y encontrar una nueva tierra donde ellos y sus descendientes pudieran vivir en paz”. Hasta el día de hoy los habitantes de las diferentes regiones suelen declarar su parentesco con alguno de estos ancestros míticos. Inicialmente emigraron al norte y oeste de Burkina Faso, donde las historias locales los describen como los “Kibsi”; se cree que alrededor de 1490 huyeron de este territorio al ser invadida por la caballería de los Mossi, refugiándose en los riscos de Bandiagara. Allí sustituyeron a una población anterior, los Tellem, de la que se conocen pocos datos.
Son un pueblo esencialmente agrícola. Menos de la mitad de los Dogon son musulmanes, y menos aún son cristianos; muchos practican todavía su religión tradicional. Las villas Dogon suelen agruparse en grupos de cuatro o cinco en las proximidades de las fuentes de agua; cada una de estas agrupaciones forma un cantón o región, que constituye una unidad geográfica, lingüística y étnica. Cada región tiene un dialecto diferente (y a veces, considerablemente diferente) de las restantes. Los habitantes de una determinada región proclaman su parentesco con un antecesor común. La organización de las villas se basa en el parentesco de sus miembros, dentro de un marco de linajes patrilineales exógamos (denominados “Ginna”). El varón de más edad descendiente de un ancestro común dentro del linaje local de una villa ejerce como cabeza del mismo y es conocido como “Ginna bana”. El Ginna bana conduce las ceremonias religiosas y preside el concilio de ancianos que lleva el gobierno de cada villa. El varón más viejo descendiente directo del fundador es el “Hogon”, y ejerce como jefe del cantón, y a la vez de líder espiritual del culto “Lebe”; se le considera “el más puro de los hombres puros” y su campo es sagrado.
Un rasgo distintivo del sistema social de los Dogon es la existencia de diversas castas ocupacionales, entre las que se incluyen las de los trabajadores en hierro, en cuero y en madera; también figuran entre estas los “griots”, que cumplen funciones de historiadores orales, genealogistas, poetas, músicos y hechiceros. Los miembros de estas castas viven separados de los agricultores, fuera de las villas, o en villas propias. Cada una de estas castas es endógama, y sus miembros no participan en los cultos religiosos comunes.
El Olubaru y la sociedad Awa asumen el control de la comunidad durante sus períodos ceremoniales, en tanto que el Hogon es el jefe durante el resto del año y se hace cargo de las responsabilidades sagradas en la época de los ritos agrícolas.
La transmisión del cargo de Olubaru tiene lugar fuera de la villa, y el derecho a asumirlo está completamente separado de la jerarquía habitual de la misma.
La fabricación y uso de las máscaras no es en modo alguno exclusivo de la ceremonia Sigui; también se emplean en el festival de la siembra, en las ceremonias funerarias, y en las ceremonias “Dama” (conclusión de un período de luto).
Los Dogon poseen cuatro cultos principales: el culto “Wagem” (relacionado con los ancestros) encabezado por el Ginna bana, el culto Lebe encabezado por el Hogon (asociado con el ciclo agrícola), el culto “Binu” (totémico), dirigido por el “Binukedine”, y el culto de la sociedad Awa, encabezado por el Olubaru. Estos cuatro cultos se encuentran integrados en un solo sistema religioso. Los cuatro líderes de los cultos son asimilados a los cuatro hermanos sobrenaturales, y a su vez, a las cuatro direcciones de la cosmogonía Dogon. Este sistema religioso puede ser entendido en términos de oposición entre el Ginna bana y el Olubaru por un lado, ambos “impuros”, y el Hogon y el Binukedine por el otro, ambos “puros”. Esta oposición se haya enraizada en la mitología y en la forma de ver el mundo de este pueblo. La tierra no arable, la maleza, es percibida como desordenada e impura, morada de fuerzas sobrenaturales, mientras que las villas y las tierras cultivadas son consideradas ordenadas y puras. El Hogon, líder del culto Lebe y de los hombres puros cultiva un campo sagrado y puro; la maleza es el dominio del “zorro pálido” (el Chacal dorado) el primer hijo del creador Amma, y corruptor de su creación.
Una “cosmogonía” Dogon
En una segunda cópula, el agua, que es considerada el germen divino, penetró en la matriz de la Tierra, pues la escisión del clítoris había removido la causa del desorden originario. De esta concepción perfecta nacieron los gemelos divinos llamados “Nummo”, productos homogéneos de dios y de su misma esencia. Si bien Nummo se refiere a una pareja de gemelos, los Dogon acostumbran a usar la forma singular para referirse a ellos. A continuación, el Nummo subió al cielo para recibir las instrucciones de su padre. Desde allí vio a su madre, desnuda y sin habla; para poner fin a este estado de caos descendió de nuevo a la Tierra, y con fibras de plantas de las regiones divinas cubrió su desnudez. Esto dotó a la Tierra del primer lenguaje del mundo.
Aquí interviene el Chacal, “el hijo engañoso de dios”, quien introduce de nuevo el desorden en la creación al cometer incesto con su madre. De este modo, el Chacal usurpó el lenguaje divino y produjo el flujo menstrual, que manchó las fibras divinas. Por esta impureza Amma rechazó a su esposa y decidió a crear seres vivos directamente, modelándolos en arcilla húmeda. Surgió así la primera pareja humana; cada uno de sus miembros fue dotado por el Nummo de dos almas, una masculina y otra femenina. Sin embargo, el Nummo no tardó en comprender las desventajas de poseer dos almas, y procedió a circuncidar al hombre para eliminar su parte femenina. El hombre copuló entonces con la mujer, engendrando los primeros dos niños de una serie de ocho, que fueron los antepasados del pueblo Dogon. La naturaleza de estos ocho antepasados era dual y bisexual, y desconocían la muerte. Se reprodujeron y eventualmente, tras diversas vicisitudes, fueron llevados al cielo por el Nummo, tras ser perfeccionados por el agua y la palabra. En el cielo, se transformaron a su vez en Nummo.
Sin embargo, ocurrió entonces una nueva ruptura, al no resignarse los recién llegados a acatar las reglas del Nummo original. El primero y segundo antepasado decidieron abandonar el cielo, “donde se sentían extranjeros”, siendo seguidos por los otros seis. Una vez de regreso en la tierra procedieron a la ordenación de la naturaleza y de la sociedad humana, introduciendo en el mundo la agricultura, el trabajo en metal y el arte del tejido.
En esta mitología el Chacal es una criatura desnaturalizada, que quebranta el orden social; es un símbolo de la “unicidad”, del varón sin complemento femenino. Para los Dogon, el caos es el resultando del desequilibrio entre cualidades masculinas y femeninas. En cambio, el equilibrio de los sexos que lleva al funcionamiento apropiado del cosmos queda ilustrado en las historias de los Nummo, seres andróginos. En el mito, los Nummo son héroes culturales que introducen en el mundo humano artes y conocimientos útiles y que restituyen el orden perdido, y a la vez también representan el poder vitalizador del agua, que permite la agricultura y la organización social en un entorno hostil.
El origen de un mito moderno
Si bien el “saber oculto” de los Dogon sobre Sirio y el sistema solar era conocido por los antropólogos desde finales de los años cuarenta, no fue sino hasta 1975 cuando fue objeto de una amplia divulgación y de un virtual secuestro por parte de los incondicionales de la hipótesis de los “antiguos astronautas”.
Ese año vieron la luz, de forma independiente, dos hipótesis que conectaban los conocimientos astronómicos de los Dogon con presuntos viajeros espaciales que habrían visitado la Tierra en un pasado remoto.
Los padres de las mismas fueron el arquitecto francés Eric Guerrier y el orientalista norteamericano (asentado en Inglaterra) Robert K. G. Temple (quien es definido en una entrevista reciente como “a highly respected classical scholar and Fellow of the Royal Astronomical Society“). Guerrier dejó registradas sus elucubraciones en un libro titulado Essai sur la cosmogonie des Dogon: L’arche du Nommo (París, 1975), en tanto que el mucho más afortunado Robert Temple proclamó las suyas en The Sirius Mystery (Londres, 1975). Pero mientras Eric Guerrier está hoy virtualmente olvidado (las mil y una páginas de la Web sobre el misterio de Sirio lo ignoran de forma casi unánime), no ha ocurrido otro tanto con Temple, quien en 1998 publicó una nueva versión de su obra, revisada y ampliada, actualizada con nada menos que “140 páginas de nueva evidencia científica que le da solidez a una hipótesis que la KGB, la CIA y la NASA intentaron suprimir” (!!!).
En líneas generales, Guerrier y Temple coinciden en postular que el saber secreto de los Dogon procede de una tradición oculta milenaria, rastreable en última instancia hasta las antiguas civilizaciones de Egipto y Sumer. Los sumerios, en particular, habrían sido los beneficiarios originales de ese conocimiento misterioso, recibido directamente de seres extraterrestres procedentes de un planeta del sistema estelar de Sirio. Esto quedaría demostrado por el mito sumerio de Oannes, que se refiere a unos seres anfibios, con rasgos mezclados de pez y hombre (¿o quizás humanoides dentro de una traje espacial?), que surgieron del mar para actuar como héroes civilizadores. Sin embargo, es de hacer notar que la idea de que pudiera haber alguna relación entre el mito de Oannes y seres provenientes del espacio exterior no es en modo alguno original de nuestros dos autores, pues ya había sido enunciada en 1966 nada menos que por Carl Sagan y Losif S. Shklovskiy, en su libro Intelligent Life in the Universe. Por otra parte, también debe tomarse en cuenta un hecho que suele olvidarse con excesiva frecuencia: conocemos la leyenda de Oannes no a partir de fuentes sumerias, sino a través del historiador y sacerdote caldeo Beroso, quien vivió en una época tan tardía como el siglo III A.E.C. (su historia de Babilonia está dedicada al rey helenístico Antioco I Soter). Además, la mayor parte de su obra se ha perdido, y solo nos han llegado fragmentos preservados por historiadores y escritores griegos como Alejandro Polyhistor, Abideno y Apolodoro.
No existe igual unanimidad entre Guerrier y Temple respecto a la vía por la cual las informaciones impartidas por los Oannes a los sumerios habrían llegado hasta los Dogon. Eric Guerrier, el menos original de los dos, las hace pasar de los sumerios a los babilonios. En Babilonia, la información sería conocida por una de las Diez Tribus Perdidas de Israel, que al final del exilio en lugar de regresar a Palestina optó por realizar un incomodo viaje de varios miles de kilómetros hasta el África Occidental. Idea que en perspectiva resulta muy poco innovadora, pues a las famosas Tribus Perdidas se les ha hecho colonizar desde la América Precolombina hasta la Francia merovingia, por no hablar de Inglaterra, de modo que no tiene nada de extraordinario que alguna haya ido a parar a las riveras del Níger.
Robert Temple, por su parte, resulta bastante más creativo. De Sumer el conocimiento secreto habría pasado a Egipto, en donde fue asimilado por los griegos de Lemnos, descendientes de los Argonautas. Posteriormente, estos griegos emigrarían a Libia, y al penetrar hacia el oeste se transformaron en los famosos Garamantes. Siglos más tarde se dirigirían hacia el sur, hacia las riveras del Níger, donde acabarían mezclándose con la población local de raza negra. Para Temple, los Dogon vendrían a ser, “cultural y quizás físicamente, descendientes de los griegos de Lemnos”. Estos Dogon helénicos habrían preservado por siglos las sagradas tradiciones llevadas desde el Egipto predinástico a Grecia por los “Danaos”. Quizás no sea ocioso recordar aquí que dentro de la bibliografía de este ilustre polígrafo, (que es “fellow of the Royal Astronomical Society, the Society for the Promotion of Hellenic Studies, the Egyptian Exploration Society, the Royal Historical Society, the Institute of Classical Studies, and the Institute of Historical Research”) también se incluye una edición, realizada junto con su esposa, de las fábulas completas de Esopo.
En cualquier caso, la leyenda moderna acerca del “misterio de Sirio” le debe mucho a Temple, y muy poco, o nada, a Guerrier, al punto de que el primero puede ser considerado virtualmente como la fuente principal o única de la gran mayoría de las historias que circulan al respecto. A esto sin duda ha contribuido decisivamente su aura de erudición, de investigador serio, que lo distancia, por ejemplo, de un von Däniken, y también la polémica alrededor de su libro, en la que jugaron un papel importante Carl Sagan, y Ian Ridpath (entre otros).
Si Robert Temple es el manantial en que abrevan los seguidores del “misterio de Sirio”, quizás no sea inútil echarle un vistazo a sus fuentes originales, que, no sorprendentemente, son las mismas de Guerrier. Afortunadamente, esas fuentes no son especialmente numerosas, ya que sus datos básicos están tomados del trabajo de un equipo de antropólogos franceses que estudiaron a los Dogon entre los años treinta y cincuenta. Su líder era Marcel Griaule, y su principal colaboradora Germaine Dieterlen. Es de hacer notar que del considerable número de páginas que estos estudiosos dedicaron a la cultura Dogon, solo consagraron un único artículo al supuesto “misterio de Sirio”, complementado con un libro acerca de los conocimientos astronómicos de los Dogon que Dieterlen publicaría varios años después del fallecimiento de Griaule. Pero quizás convenga saber algo más al respecto.
Marcel Griaule
Marcel Griaule (1898–1956), insigne antropólogo francés, fue el organizador, entre 1928 y 1939, de la primera gran avanzada etnográfica francesa en África. Inició sus trabajos en Etiopía, por entonces un reino independiente, en 1929. Su primer contacto con el pueblo Dogon data de 1931, en el transcurso de la expedición Dakar–Djibouti. Durante la II Guerra Mundial permaneció retenido en Francia, siendo elegido en 1942 por el Consejo de la Facultad de Letras para ocupar la primera cátedra de Etnología creada en la Sorbona. En 1946 pudo por fin regresar al Sudán Francés (el actual Malí). En 1947 fue nombrado consejero la Unión Francesa, y ocupó dentro de su parlamento la presidencia de la comisión de Asuntos Culturales. Fallece súbitamente en París en 1956, a los 58 años de edad. Al recibir la noticia de su muerte, los Dogon celebraron en su honor una ceremonia funeral tradicional.
Alrededor de Marcel Griaule y Germaine Dieterlen se ha venido creando toda una leyenda que suele utilizarse como decorado de fondo cada vez que sale a relucir el tema del “misterio de Sirio”. Según esta leyenda, Griaule y Dieterlen serían “dos eminentes antropólogos franceses que vivieron y trabajaron entre los Dogon 16 años” (o 19, o 21, ya que los divulgadores no se han puesto de acuerdo al respecto, y cada cual hace uso de la exageración que mejor le parece). A lo largo de esa prolongada estadía, y tras ganarse el “amor y el respeto de ese pueblo”, habrían ido pasando por diversas etapas de iniciación, hasta que finalmente, en los años cuarenta (o quizás en los treinta, ya que aquí tampoco hay consenso) cuatro sacerdotes decidieron, finalmente, revelarles el conocimiento secreto.
En todo esto hay un algo de cierto mezclado con fuertes dosis tergiversación. Uno se imagina de inmediato a dos esforzados y heroicos exploradores, aislados del mundo, conviviendo por lustros con una tribu perdida. Solo que la realidad resulta ser bastante diferente, ya que ni los Dogon eran un pueblo perdido, ni Marcel Griaule una especie de misionero al estilo de David Livingstone. Para empezar, Griaule y Dieterlen no estaban solos y aislados, ya que los acompañaban un nutrido equipo de colaboradores (incluyendo, en algunas de las expediciones, a la hija de Griaule, Genevieve Griaule–Calame). Lo que sí se puede decir con seguridad es que Marcel Griaule no vivió con los Dogon ni 16, ni 19, ni 21 años, aunque fueron su foco de atención a lo largo de nada menos que un cuarto de siglo (desde 1931 hasta su muerte, en 1956).
El primer contacto del antropólogo con los Dogon ocurrió, efectivamente, en 1931, durante la mencionada expedición Dakar–Djibouti, que recorrió el África de costa a costa, y que culminó en 1933. Su siguiente visita fue en 1935, en el curso de la expedición Sahara–Sudán. Entre 1936 y 1937 se encontró ocupado en otra expedición, la Sahara–Camerún. Volvió al país Dogon en 1938, en la expedición Níger–Lac Iro, que concluyó en 1939. Ya vimos antes que los años de la guerra mundial los pasó en Francia, y resulta un poco difícil de imaginar el modo en que prosiguió “las etapas de iniciación” sin poder moverse del territorio galo ocupado por los nazis. ¿Acaso los sacerdotes Dogon le enviaban lecciones por correspondencia? Parece muy poco probable.
En 1946 reinicia el trabajo de campo con los Dogon, que se prolongarían hasta 1956, el año de su muerte. Por supuesto, no faltaba más, vivió entre los Dogon esos diez años. Pues no, de ninguna forma: en realidad realizó una docena de viajes al territorio, permaneciendo sobre el terreno durante todo ese lapso dos años en total. Lo que no es poco, tomando en cuenta que durante ese tiempo desempeñó en Francia cargos de responsabilidad, por no hablar de la cátedra en la Sorbona. Pero muy lejos, en todo caso, de los 16 años de cohabitación con los Dogon que proclama la leyenda.
Otro dato digno de ser tomado en cuenta, y que nunca es mencionado, es que Griaule y su equipo siempre debieron apelar al uso de intérpretes a la hora de comunicarse con los sacerdotes que le sirvieron de informantes. Esto en si no tiene nada de particular, si se recuerda que la lengua Dogon está dividida en numeroso dialectos diferentes, pero pone muy cuesta arriba creer a los que afirman que Griaule y Dieterlen eran “dos eminentes antropólogos franceses que vivieron entre los Dogon 16 años” (o 19, o 21). Conocemos incluso el nombre de esos interpretes: el teniente Dousso Wologuem, Ambara, el sargento Koguem y Amadigné. Los tres últimos colaboraron con los antropólogos durante 25 años, y en lo que respecto a Koguem y Ambara llegaron incluso “a convertirse ellos mismos en valiosos informantes y etnógrafos”. Por cierto ¿qué hacen un teniente y un sargento en esa lista? Pues muy simple: se hallaban al servicio del gobierno colonial francés, pues contra lo que suele leerse con frecuencia, los Dogon no eran para esa época una tribu remota y aislada del mundo.
El hecho es que tras su primer contacto con los Dogon de la región de Sangha, en 1931, Griaule quedo fascinado por su cultura, decidiendo concentrar sus investigaciones sobre este pueblo (pero sin proponerse de ninguna manera quedarse a vivir con ellos), regresando al lugar en múltiples oportunidades. Esto implicó repetidos viajes y estadías más o menos prolongadas, así como la presencia más o menos permanente de otros miembros de su equipo sobre el terreno. En esta primera etapa, que concluye en 1939, por lo visto todavía no existen atisbos de ningún conocimiento secreto. En 1946, sin embargo, ocurre un hecho que “marca un hito en la vida de Griaule”: se reencuentra con Ogotemmeli del Bajo Ogol, un “viejo cazador ciego que proclamaba tener autoridad sobre los sacerdotes Dogon de Sangha”: este lo inicia en la cosmogonía secreta de los Dogon. Griaule quedó impresionado por las revelaciones de Ogotemmeli, decidiendo de ahí en adelante centrar sus investigaciones en esa región, realizando solo algunas investigaciones periféricas entre los Bambara y Bozo, dos pueblos vecinos, para “evaluar la extensión de las notaciones simbólicas de los Dogon dentro la cultura mandé”.
Después de las revelaciones de Ogotemmeli, Griaule restringe sus investigaciones a unos pocos dignatarios Dogon, cada uno de los cuales le suministra información sobre un tópico particular. Así, “Ogotemmeli le informa sobre la creación del mundo, Ongnonlou acerca del sistema de signos, Akundyo sobre la clasificación de las plantas, Yébéné y Manda acerca de los eventos míticos relacionados con el culto Binu”. Basándose en la erudición de estos consejeros, obtiene datos que llenan mil páginas de registros, y alrededor de 1500 fichas, con los que reconstruye “un sistema muy complejo y ordenado, el cual describe fundamentalmente en dos obras, Dieu d’eau (1948) y Le Renard Pâle (1965)”. ¿En cuál de estas obras se describe el conocimiento secreto de los Dogon sobre Sirio? En Le Renard Pâle, publicado por Germaine Dieterlen después de la muerte de Griaule, se habla abundantemente de la cosmogonía y de los conocimientos astronómicos de los Dogon, pero no en particular con referencia a Sirio, sino a Júpiter y sus lunas galileanas, Saturno y sus anillos, y la Vía Láctea. En realidad, el conocimiento original acerca del “saber de Sirio” se encuentra en un artículo publicado en 1950 en el Journal de la Société des Africainistes, intitulado Un Système Soudanais de Sirius.
En Un Système Soudanais de Sirius Griaule y Dieterlen reportan los sorprendentes conocimientos acerca de Sirio de los Dogon y tres pueblos vecinos (los Bambara, los Bozo y los Minianka). En ese artículo se hace mención de Sirio A como Sigu tolo, de la invisible Sirio B o Po tolo, de la órbita elíptica de 50 años de Po tolo alrededor de Sigu tolo, y de Emme Ya, el satélite de Sirio B. Hacen referencia a que “Sirio, sin embargo, no es la base del sistema: está en uno de los focos de la órbita de una pequeña estrella llamada Digitaria, Po tolo”. Describen a Po tolo como infinitamente pesada, compuesta de un metal llamado “sagala”, “un poco menos brillante que el hierro y tan pesado que todos los seres de la Tierra juntos no podrían levantarlo”. Esta sería la más sagrada y más secreta tradición conocida de los Dogon, la base de su religión y de sus vidas. Sin embargo, Griaule y Dieterlen optan por demostrar una prudente mesura a la hora de exponer una información tan explosiva (¡nada de platillos volantes ni seres del espacio!), prefiriendo quedarse con los datos brutos, sin arriesgar alguna interpretación. En efecto, escriben con modestia:
“Por nuestra parte, los datos recopilados no han dado lugar a ninguna hipótesis original de investigación. […] El problema de saber cómo, sin instrumentos a su disposición, unos hombres pueden conocer el movimiento y ciertas características de estrellas virtualmente invisibles, no ha sido establecido, ni aún planteado”.
Algunas discrepancias
Curiosamente, a pesar de ese papel central que se le atribuye a Sirio y a Digitaria en la mitología Dogon, es posible encontrar todo un relato cosmogónico de ese pueblo que prescinde exitosamente de tales maravillas cósmicas. Y procede de un personaje al que resultaría por lo menos chocante relegar a un segundo plano: se trata nada menos que de Ogotemmeli, el “iniciador” de Marcel Griaule, el “hombre sabio” en el que había sido delegada la responsabilidad de revelarle una cosmología compleja y profunda. En algunas fuentes (por ejemplo, en un artículo de Loy Lawhon) se cita irreflexivamente a Ogotemmeli como instructor de Griaule con relación al “Misterio de Sirio”, cosa que, como veremos a continuación, se haya bastante lejos de la realidad.
Recordemos que en 1948 Griaule publicó un libro titulado Dieu d’eau (que suele encontrarse con frecuencia citado con el título de su edición en inglés Conversations with Ogotemmeli; en el APÉNDICE reproduzco un fragmento de éste). En ese libro, que es considerado por muchos africanistas como un texto esencial (y en todo caso, mucho más importante que Un Système Soudanais de Sirius) se recopilan las experiencias de Griaule con su iniciador. Veamos que tiene que decirnos el viejo Ogotemmeli respecto al misterio de Sirio, los Nummos anfibios y las naves espaciales. La ocasión parece propicia, pues se trata de un relato cosmogónico (que en lo fundamental ya quedo resumido más arriba).
Por lo pronto, Ogotemmeli se considera “solo preparado para hablar del sistema solar útil; acepta considerar las estrellas, pero pensando que solo juegan un papel secundario” (Pero ¿cómo? ¿No habíamos quedado en que el sistema estelar de Sirio era el eje de la creación y de la sabiduría secreta?). Y describe la formación de las estrellas como “pelotillas de barro arrojadas al espacio por el dios Amma”, insólito dato que, quien puede dudarlo, solo puede proceder de sabios viajeros estelares.
Sigue el relato y Ogotemmeli no se resuelve a acordarse de Sirio. Pero si nos ofrece algunos detalles que arrojan una luz especial sobre la extraordinaria precisión de los conocimientos astronómicos de los Dogon. Ogotemmeli, por ejemplo, sospecha, y con mucha razón, que el Sol es más grande que su villa, quizás incluso más grande que la región de Sangha; pero se niega a hablar sobre el tamaño de la Luna (cualquiera pensaría que los alienígenas hubieran podido ser algo más exactos en su información al respecto). Luego relata la creación de la Tierra y el nacimiento del Chacal.
Por fin aparecen los famosos Nummos, el “Par”, los gemelos divinos. No olvidemos que los Nummos son, obviamente, seres anfibios procedentes de Sirio. Por lo pronto, su aspecto, tal como lo describe Ogotemmeli, resulta bastante prometedor:
“Ellos eran de color verde, mitad humano y mitad serpiente. De la cabeza al lomo ellos eran humanos: por debajo ellos eran serpientes. Sus ojos rojos estaban ampliamente abiertos como ojos humanos, y sus lenguas estaban ahorquilladas como las de las serpientes. Sus brazos eran flexibles y no tenían articulaciones. Sus cuerpos eran verdes y resbalosos por arriba, brillantes como la superficie del agua, y cubiertos de pelo verde corto, un presagio de la vegetación y la germinación.”
Bueno, quizás pudiera tratarse en verdad de seres extraterrestres, o, al menos, de alguno de los diosecillos de los mitos de Cthuhu, aunque su carácter “anfibio” no sea especialmente evidente, pues no se menciona en ningún momento. Lástima que unos seres tan peculiares no hayan llegado de Emme Ya, sino de la matriz de la Tierra (Ogotemmeli dixit), como fruto de la cópula perfecta de Amma con ésta. Y lástima también que Griaule nos diga, más adelante, que “Ogotemmeli usa los términos “Agua” y “Nummo” indiscriminadamente“. “Ellos son de la esencia de Dios, debido a que fueron hechos de su semilla […] Esta fuerza es agua, y el Par está presente en toda agua: ellos son agua, el agua de los mares, de las costas, de los torrentes, de las tormentas, y la que bebemos”.
Y poco después:
“Sin Nummo –dice él –, no hubiera sido posible crear la tierra, porque la tierra fue moldeada de barro, y eso es del agua (que es, del Nummo) que es de donde deriva la vida”.
Y enseguida:
“La fuerza vital de la tierra es el agua. Dios moldeó la tierra con agua. La sangre también está hecha de agua. Aún en una piedra está esa fuerza, para que esté mezclada en todo”.
¿Qué se deriva de este relato? ¿La visita de unos alienígenas civilizadores procedentes de Sirio? Sospecho que no. En realidad, este relato mítico lo que parece expresar es la muy lógica y humana preocupación por el agua de un pueblo de agricultores que habita en una región en que las sequías son frecuentes, como ocurre en el Sahel. Este Nummo no resulta ser otra cosa que la divinización del agua, el elemento sin el cual la vida y el orden son imposibles, que es la fuerza de dios y “de su misma esencia”.
Luego aparecen los ocho Nummos secundarios, descendientes de la pareja humana primordial creada por Amma. Ogotemmeli no los describe íntegramente, pero si nos deja un dato interesante: no nos dice que fueran anfibios, sino “duales y bisexuales”, capaces de fertilizarse a sí mismos “por una dispensa especial, concedida solo a ellos”. Característica en verdad extraordinaria, que no ha encontrado eco entre los divulgadores del misterio de Sirio. Por lo demás, nada en el relato nos hace suponer que su aspecto fuera tan peculiar como el del Nummo original. La existencia de estos Nummos transcurre entre diversos incidentes, que incluyen una ida al cielo (¿abducidos quizás?) y luego el retorno a la tierra, aunque a todo esto Sirio sigue sin aparecer. Durante la estancia de los Nummos en el cielo nos encontramos con algo familiar y nos mencionan (¡por fin!) a la famosa Digitaria. Pero con alguna sorpresa vemos que Ogotemmeli no se refiere a ninguna estrella invisible y pesada, sino estrictamente al grano de fonio (Digitaria exilis). Al parecer, Amma les había dado a los ocho Nummos ocho granos distintos para alimentarse, el último de los cuales fue, precisamente el fonio, expresamente rechazado “por el primer antepasado cuando le fue entregado, con el pretexto de que era muy pequeño y difícil de preparar”. Este pequeño grano sería, en última instancia, la causa de que los ocho ancestros regresaran finalmente a la Tierra, aunque su connotación astronómica no aparece por ninguna parte.
¿Qué conclusión se puede extraer de todo esto? Lo mínimo que se puede decir es que si bien siempre se nos presenta a los Dogon como extrañamente obsesionados por el sistema estelar de Sirio, existe al menos un caso documentado en que eso no es cierto. Y un caso en verdad muy notable, pues Ogotemmeli fue quien inicio a Griaule en los secretos más profundos de los Dogon. Y esto podría llevar a considerar la posibilidad de que quizás (solo quizás) Sirio no sea tan central en los mitos Dogon como suele asumirse y se nos quiere hacer creer.
Es incluso probable que Marcel Griaule haya pensado de la misma forma. Como ya se mencionó, Griaule habla de Sirio en el artículo Un Système Soudanais de Sirius, pero en Dieu d’eau no dice nada al respecto. En otra obra, publicada en 1952, titulada Le Savoir des Dogon, Griaule hace sus dos últimas referencias conocidas respecto a Sirio, pero solo en forma de notas al texto. En la primera de esas notas, Griaule aún parece considerar que el conocimiento sobre Sirio pertenece al más alto conocimiento de los Dogon; en la segunda, expresa haber hallado discrepancias respecto al sistema de conocimientos del sacerdote Innekouzou, que fue quien le reveló el saber secreto acerca de Sirio (estos datos, así como el nombre del sacerdote responsable del “conocimiento de Sirio”, lo he tomado del artículo de Klaus Richter Das Sirius Rätsel. Was wissen die Dogon über Sirius A und B?). Después de eso, nada, a pesar de que Griaule no falleció sino hasta 1956.
Los Dogon y el misterio de Sirio Parte II
Explicaciones
Si se acepta que los Dogon efectivamente poseen extraordinarios y precisos conocimientos astronómicos que se encuentran muy por encima de sus capacidades tecnológicas, es obligatorio preguntarse de qué manera obtuvieron esa información. La respuesta de Robert Temple es ya conocida: de visitantes del espacio exterior provenientes de Sirio (ya hemos visto cuando y como se produjo ese contacto en opinión de Temple). Algunos representantes del movimiento Afrocentrista (como Adams, Van Sertina y Welsing) tienen, por su lado, propuestas no menos interesantes: o bien que la extremada agudeza de los ojos oscuros (!!!) de los pueblos de raza negra les permiten distinguir a Sirio B a simple vista, o que la melanina actúa de modo similar a un telescopio infrarrojo, o quizás a través de los egipcios, quienes, como nadie ignora, disponían de poderosos telescopios (!!!), y, además, por si fuera poco, eran de raza negra (ninguna de estas tres “hipótesis”, por llamarlas de alguna forma, tiene el menor fundamento; el supuesto telescopio egipcio se basa en un también supuesto descubrimiento ruso de una supuesta lente perfectamente esférica, que aún en el caso – más que dudoso – de que existiera no podría servir para construir un telescopio útil de ninguna forma).
Una línea de argumentación mucho más sobria fue la ofrecida por Ian Ridpath y Carl Sagan (entre otros), en la polémica que surgió a raíz de la publicación de The Sirius Mystery. Sagan y Ridpath sugirieron que los conceptos astronómicos modernos incluidos dentro de la mitología Dogon podían haber sido asimilados por ésta solo en una época muy reciente, posiblemente muy poco tiempo antes de que los mitos fueran registrados por Griaule y su equipo en los años treinta y cuarenta. En apoyo de esta hipótesis hicieron notar que para entonces todos los conocimientos astronómicos atribuidos a los Dogon (incluyendo unos cuantos errores obvios) estaban ya establecidos en la astronomía moderna desde hacía un tiempo más o menos largo. Por ejemplo, la compañera de Sirio era conocida desde 1862. Es claro que los Dogon no pudieron haber adquirido esa información sin haber estado en contacto con una civilización tecnológicamente avanzada; sin embargo, de acuerdo a la propuesta de Sagan y Ridpath, esa civilización muy probablemente fue terrestre más que extraterrestre. Los Dogon podrían haber recibido esos conocimientos de viajeros, exploradores, comerciantes o misioneros, integrándolos sin grandes conflictos en el marco de sus mitos tradicionales. También pueden haberlos recibido a través de las escuelas francesas locales, o quizás los oyeron en Europa aquellos miembros de la etnia que lucharon en el ejército francés durante la I Guerra Mundial.
Sagan comentó el problema con cierta extensión en su libro “El cerebro de Broca“, en el capítulo “Enanas Blancas y hombrecillos verdes“. Comienza afirmando que “no hay razón alguna para dudar de los relatos de Griaule” (de esto hablaremos después). Más adelante encontramos una cauta observación que suele ser muy citada por los devotos:
A primera vista, la leyenda de Sirio elaborada por los dogones parece ser la prueba más seria a favor de un antiguo contacto con alguna civilización extraterrestre avanzada.
Lo que no suele ser tan citado es lo que sigue a continuación:
“No obstante, si examinamos con más atención el tema, no debemos pasar por alto que la tradición astronómica de los dogones es puramente oral, que con absoluta certeza no podemos remontarla más allá de los años 30 del presente siglo y que sus diagramas no son otra cosa que dibujos trazados con un palo sobre la arena”.
Sagan resalta la “riquísima y detallada gama de materiales legendarios” de la mitología Dogon, y hace notar que “donde existe una notable riqueza legendaria hay, desde luego, una probabilidad mucho más elevada de que alguno de los mitos sustentados coincidan accidentalmente con descubrimientos de la ciencia moderna”. Señala que la hipótesis de una estrella asociada a Sirio A “puede haber derivado naturalmente de la mitología dogon, en la que los gemelos juegan un papel central“. Admite, sin embargo, que esto no explica las referencias precisas al período de revolución y a la densidad de Sirio B:
La conclusión inmediata es que dicho pueblo ha mantenido contactos con una civilización técnicamente avanzada. El único interrogante a resolver es, ¿qué civilización, extraterrestre o europea?
Sagan considera mucho más probable un contacto reciente de los Dogon con la astronomía occidental, que con hipotéticos alienígenas en un pasado remoto, e imagina de este modo el encuentro:
»’Veo con los ojos de mi imaginación un visitante galo que a comienzos de este siglo llega a territorio dogon, en lo que por entonces era el África Occidental francesa. Quizás fuese un diplomático un explorador, un aventurero o un pionero de los estudios antropológicos. […] La conversación comenzó a girar en torno al tema astronómico. Sirio es la estrella más brillante del cielo. El pueblo dogon obsequió al visitante con su mitología sobre la estrella. Luego, con una sonrisa, llenos de expectación, tal vez preguntasen al visitante por su mito sobre Sirio […] Y es también muy posible que, antes de responder, el viajero consultase un raído libro que llevaba en su equipaje personal. Dado que por entonces la oscura compañera de sirio era una sensación astronómica de moda, el viajero intercambió con los dogones un espectacular mito por una explicación rutinaria. Una vez abandonada la tribu, su explicación permaneció viva en el recuerdo, fue reelaborada, y muy posiblemente, incorporada a su manera en el corpus mitológico dogon, o como mínimo, en una de sus ramas colaterales. […] Cuando Marcel Griaule llevó a cabo sus investigaciones mitológicas en las décadas de los 30 y los 40, se encontró anotando una versión reelaborada de su propio mito europeo sobre la estrella Sirio»’.
También reseña que en las primeras décadas del siglo “la peculiar naturaleza de Sirio B fue ampliamente difundida en libros, revistas y periódicos”, en un debate que “impregnó la prensa científica de la época y pudo seguirlo toda persona medianamente inteligente y cultivada”. El tema estaba, pues, en el candelero para la época, antes de que Griaule iniciara sus investigaciones. Los devotos suelen juzgar inverosímil o absurda la posibilidad de la integración dentro de una mitología de un conocimiento exógeno procedente de otra cultura terrestre en un lapso de tiempo muy corto (¡ah claro!, si es que resulta mucho más “lógico” y plausible que provenga de los alienígenas anfibios de Sirio…). Pero Sagan señala que ese proceso ha ocurrido otras veces, que está bien documentado, y suministra varios ejemplos, en especial las experiencias del Dr. Carleton Gajdusek con los habitantes de Nueva Guinea. Y concluye:
Son demasiadas las explicaciones alternativas para el mito de Sirio como para que podamos considerarlo como prueba fehaciente de contactos extraterrestres en el pasado.
Por supuesto, para que tal proceso de asimilación pueda ocurrir, es condición indispensable que el pueblo en cuestión tenga contacto con elementos de otras culturas. Pero los Dogon siempre son descritos por los defensores de la hipótesis extraterrestre como una etnia excepcionalmente remota y aislada, como si nunca hubieran visto un hombre blanco antes de que Marcel Griaule y su equipo los visitaran en los años treinta. ¿Es cierto esto? No, no lo es. Los Dogon habitan en el África Occidental, no en la Luna, y el África Occidental en general, y la cuenca del Níger en particular, estuvieron en la mira de los intereses coloniales europeos desde el siglo XVIII. El famoso explorador escocés Mungo Park ya anduvo por esas regiones en sus expediciones de 1795 y 1805. En 1827 René Caillé logró llegar a Timbuktu, unos cientos de kilómetros al norte del área geográfica de los Dogon. La penetración colonial francesa en el territorio del actual Malí se inició tan temprano como en 1850; para 1880 la zona ya se había convertido en protectorado, y su conquista se completó hacia 1898.Desde 1907 había escuelas francesas en el área geográfica de los Dogon, y hay referencias a miembros de la tribu sirviendo en el ejército francés durante la I Guerra Mundial.
Antes reseñamos que en sus contactos con los Dogon Griaule empleó interpretes locales, incluyendo algunos que trabajaban para el gobierno colonial francés (solo faltaría aquí que alguien adujera que el manejo de la lengua francesa es también parte del legado milenario de los Nummos alienígenas). Vistos estos hechos resulta bastante difícil seguir considerando a los Dogon como un pueblo remoto e incontaminado, aislado de la civilización occidental.
Otro detalle interesante es que no existe ningún registro de esa “extraordinaria sabiduría” astronómica anterior a los años treinta, o sea, antes de los trabajos de Griaule y su equipo. Ni siquiera una nota de alguno de los viajeros y exploradores occidentales que atravesaron la región desde fines del siglo XVIII. Esto resulta congruente con una inclusión muy reciente de datos astronómicos modernos dentro de una antigua cosmogonía. Adelantemos de paso otro hecho aún más sorprendente: de la misma manera que no existen registros previos a Griaule de que los Dogon tuvieran inexplicables conocimientos astronómicos, tampoco otros antropólogos que han trabajado sobre el terreno después de este han confirmado esos hallazgos. Pero de eso hablaremos más extensamente dentro de poco.
Por otra parte, las alegadas afirmaciones de los Dogon respecto al sistema estelar de Sirio resultan chocantemente similares a las especulaciones de los astrónomos europeos de la década de los veinte, incluyendo varios errores que resultan hoy bastante obvios. Por ejemplo, los astrónomos de esa época sabían, debido a sus efectos gravitatorios y su escasa magnitud, que la compañera de Sirio era extremadamente pesada, con una densidad alrededor de 60.000 veces superior a la del agua. De hecho, fue la primera enana blanca descubierta; en los años veinte esto causó sensación, pues no se tenía noticia de ningún otro objeto similar. En el supuesto mito Dogon, esto se refleja en la descripción que realizan de Digitaria, al considerarla como la cosa más pesada del universo, compuesta del famoso “sagala”. Pero se trata de un error: Sirio B simplemente no es la estrella más pesada del universo. Muchas otras estrellas enanas son tanto o más pesadas que Sirio B, por ejemplo, las estrellas de neutrones. Solo que este dato no lo conocían los astrónomos de entonces, ni tampoco, demás está decirlo, los sacerdotes Dogon. Por lo visto, los conocimientos astronómicos de los “Nummos”, a pesar de dominar el viaje interestelar, no estaban muy por delante de lo que ya sabían los astrónomos terrestres en las primeras décadas del siglo XX. Otro tanto puede decirse de la teórica segunda compañera de Sirio, Sirio C, tan generosamente identificada con Emme Ya (pero esto merece de por si un comentario más detallado; véase más adelante).
Otros errores son bastante más groseros, como la extraordinaria noticia de que Digitaria ocupaba en otra época la actual posición del Sol. Si descendemos de los espacios interestelares al mero sistema solar, el panorama es aún más desalentador: se trata de conocimientos superados no ya en la década de los veinte, sino en muchos casos en un siglo o más. Erróneamente se identifica a Saturno como el planeta más lejano del sistema solar, dejando de lado a Urano, descubierto en 1781 por Herschel, y a Neptuno, predicho por Leverrier en 1846 e identificado por Galle ese mismo año (por no hablar de Plutón).
Este solo hecho de por sí ya hace dudar que la fuente original de los conocimientos Dogon sean unos sabios extraterrestres, pues estos no habrían ignorado dos planetas tan considerables. De la misma manera, solo se mencionan las cuatro lunas galileanas de Júpiter, cuando en realidad ese planeta tiene al menos 16 satélites. Algunas otras omisiones son también curiosas: se mencionan los anillos de Saturno, pero no se dice ni una palabra sobre los que circundan a los otros planetas mayores. Por ejemplo, los anillos de Urano fueron descubiertos en 1977. ¿Es esta observación demasiado detallista? En realidad, es muy cierto que los anillos de Saturno son considerablemente más conspicuos que los de sus compañeros, pero también es cierto que lo que se está juzgando aquí es la verosimilitud de un conocimiento revelado a los humanos nada menos que por una superraza extraterrestre tecnológicamente avanzada; con una fuente semejante, hay que ser exigentes y reclamar precisión en los detalles. Y resulta bastante contradictorio que el nivel de detalle que se nos ofrece, en lo concerniente al sistema solar, no rebase el nivel que tenía la astronomía moderna a mediados de siglo XVIII, o el que pudiera permitir un pequeño telescopio empacado en el equipaje de un explorador de finales del XIX o principios del XX.
Como ya se señaló antes, la posibilidad de que los Dogon hayan adquirido conocimientos astronómicos a partir de fuentes modernas ha sido calificada de inverosímil por los defensores a ultranza de la hipótesis extraterrestre (y también por los Afrocentristas, que la rechazan por ser “eurocéntrica”). Las críticas han ido tanto en el sentido de juzgar improbable que un proceso así pueda ocurrir, en un lapso de tiempo limitado, como en el de reivindicar una gran antigüedad para las tradiciones que hablan de esos conocimientos. Respecto al primer punto (dejando aparte los ejemplos citados por Sagan y que se reseñaron antes), el mismo Robert Temple nos ofrece (inadvertidamente) lo que puede ser una muestra bastante obvia de asimilación de una creencia exógena por parte de la mitología Dogon. El personaje al que se refiere (a pesar de denominarlo “Nummo”) es fácilmente reconocible:
“El Nummo fue crucificado y resucitó, y en el futuro volverá a visitar la Tierra, esa vez en forma humana”.
¿Un Nummo crucificado que luego resucita? Esa no parece precisamente la clase de información que sería de esperarse de unos alienígenas que dominan la técnica del viaje interestelar, sino mas bien del catecismo de algún predicador cristiano (Segunda Venida incluida). También existen otros ejemplos de historias bíblicas que los Dogon han asimilado a sus mitos, como la borrachera de Noé que aparece en el Génesis, y que consideran como propias.
Con respecto a la gran antigüedad de las tradiciones que hablan de Sirio y de su acompañante, también son necesarias algunas precisiones. Suele afirmarse que la antigüedad demostrada de las ceremonias Sigui es de 700 años (remontándose, por lo tanto, al siglo XIII E.C.). Una vez más, la fuente original de esta aseveración es el trabajo de Marcel Griaule. La prueba material que se ofrece en este punto son las máscaras empleadas por la sociedad Awa en esas ceremonias, que luego de cumplir con su función no son desechadas, sino guardadas en refugios protegidos. Antes de seguir adelante, quizás sea conveniente recordar que Griaule no disponía de un método fidedigno para datar las máscaras encontradas en esos refugios, pues el método del Carbono 14 no fue desarrollado por Willard Libby hasta 1947, y esta parte de su investigación fue realizada antes de 1938. En consecuencia, procedió a hacer una extrapolación, contando las máscaras que había en un refugio en particular (ocho, los restos de una novena, y tres montones de polvo que asumió que correspondían a tres máscaras adicionales), y estimando que se había elaborado una nueva máscara cada 60 años, hizo que la ceremonia Sigui se remontara hasta el siglo XIII. Sin embargo, en otros refugios solamente había tres o cuatro máscaras, lo que hace que la cuestión se vuelva algo confusa. Puestos a especular, por ejemplo, bastaría con que algunas máscaras hubieran sido trasladadas de un refugio a otro en algún momento del pasado, para que esta cronología se viniera abajo.
De cualquier manera, aquí es oportuno recalcar un punto que suele pasarse por alto en la discusión de la antigüedad del conocimiento de Sirio B: que las máscaras y la ceremonia Sigui se remonten o no a un pasado remoto no dice absolutamente nada en favor o en contra de que los Dogon conocieran a Sirio B desde tiempos inmemoriales, aún en el caso de que la ceremonia Sigui estuviera realmente relacionada con Sirio. Sirio A es de por sí un objeto astronómico atrayente; de hecho es la estrella más brillante del firmamento (con una magnitud de – 1,4). Llama la atención de cualquier observador del cielo así esté o no esté enterado de que la circundan una o más compañeras invisibles. Los Dogon (como los antiguos egipcios) bien pudieron darle un papel central en sus mitos sin necesidad de estar enterados de la presencia de Sirio B, y celebrar en su honor la mencionada ceremonia.
Aún más, existen algunos detalles que inducen aún más dudas de que realmente la ceremonia Sigui tenga algo que ver con Sirio B. Para empezar, el supuesto nombre que dan los Dogon a la brillante Sirio A: Sigu tolo, queriendo significar “estrella del Sigui”. La estrella del Sigui es, según esto, Sirio A, a pesar de la teórica preponderancia de la invisible Digitaria. En segundo lugar es bien llamativo que los Dogon hayan optado por celebrar cada sesenta años (aproximadamente) una ceremonia en honor a un cuerpo estelar que no pueden ver pero cuyo período orbital es de cincuenta años (también aproximadamente). Resultaría bastante más congruente que se celebrara cada 50 años.
Otra “prueba” material que siempre sale a relucir en este punto es un diagrama simbólico que los Dogon identifican como “el huevo del mundo”. Según los divulgadores, se trata de un “preciso diagrama orbital”, en el cual Sirio A se encontraría en uno de los focos de la elipse. Robert Temple ha llegado a afirmar al respecto que “la analogía es hasta tal punto sorprendente, que incluso el ojo más inexperto está en condiciones de constatar la identidad de las dos configuraciones, hasta en los más mínimos detalles”. Suena en verdad impresionante, pero la impresión dura solo hasta que se le echa un vistazo (así sea con ojo inexperto) al citado dibujo.
Lo primero que se observa es que hay un exceso de cuerpos “estelares” dentro del “sistema”: nada menos que nueve. ¿Por qué tantos? Solo debería haber dos: Sigu tolo y Po tolo. Por lo pronto, Emme Ya (“el sol de las Mujeres”) y su satélite no tendrían porque aparecer, pues ya se nos ha advertido que recorren su trayectoria a una distancia de Sigu tolo mucho mayor que Digitaria. Cualquiera diría que el “preciso diagrama orbital” no es de ninguna forma tan preciso. Una segunda mirada descubre otra anomalía: en realidad se trata de un diagrama orbital muy raro, pues en la supuesta órbita no hay ningún cuerpo. La estrella que debería estar sobre la órbita (Po tolo) en realidad se encuentra dentro de ella. Por lo visto, lo realmente sorprendente no es la analogía (inexistente) entre el “huevo del mundo” y un diagrama orbital, sino que alguien pueda pretender que exista “identidad de las dos configuraciones, hasta en los más mínimos detalles”. Otra vez, lo que se presenta como “prueba” de una afirmación extraordinaria cae muy por debajo de cualquier nivel de exigencia, en especial cuando nos han ofrecido primores de precisión que no aparecen por ninguna parte.
¿Triple?
Resulta muy poco estimulante el hecho de que virtualmente todos los extraordinarios conocimientos cosmológicos que se le atribuyen a los Dogon ya estuvieran firmemente asentados dentro de la astronomía moderna desde antes de que los antropólogos franceses visitaran a ese pueblo. Por ejemplo, si dentro de esa supuesta “sabiduría tradicional” existieran referencias a algún hecho oscuro, solo descubierto muy recientemente, (como los anillos de Júpiter, que eran desconocidos antes de la exploración del Voyager 1) el “misterio” podría considerarse en verdad como casi insoluble desde una perspectiva mundana. Y según nos dicen los divulgadores del “misterio de Sirio”, con Robert Temple a la cabeza, esa es exactamente la situación. Un descubrimiento flamante habría venido a demostrar que los conocimientos astronómicos de los Dogon se habrían adelantado a la ciencia occidental.
Concretamente, estamos hablando del “descubrimiento” de Sirio C. En la primera edición de su libro, Temple hizo esta significativa “profecía”:
“Si Sirio C llega a ser descubierta, y se encuentra que es una enana roja, yo concluiré que la información de los Dogon ha sido completamente validada”
Recordemos que los Dogon no describen a Sirio como un sistema binario (Sirio A – Sirio B), sino que al parecer hablan de un sistema bastante más complejo, un sistema estelar triple cuando menos (de momento podemos hacer abstracción de los otros elementos): Sigu tolo, Po tolo y Emme Ya. Es un hecho bien conocido desde mediados del siglo pasado que Sirio es un sistema binario, pero solo en 1995 se encontró evidencia de la posible existencia de un tercer componente. Ese año, los astrónomos franceses Daniel Benest y J. L. Duvent publicaron en “Astronomy and Astrophysics” un artículo titulado Is Sirius a triple star?, en el cual, basándose en un análisis orbital de la binaria Sirio A-B, y con la ayuda de una simulación numérica, sostienen la idea de la triplicidad de Sirio. Hay que señalar aquí que en el citado artículo Benest y Duvent no pretenden “haber descubierto” que Sirio es triple, sino que consideran altamente probable que así lo sea. De acuerdo a sus cálculos, la teórica Sirio C sería una pequeña enana roja que describiría su órbita alrededor de Sirio A en unos 6 años. Hasta la fecha, este descubrimiento no ha podido ser confirmado visualmente.
Lo cierto es que, confirmado o no, a los divulgadores el “descubrimiento” de Benest y Duvent les vino como anillo al dedo, y no han dejado de sacarle provecho desde el primer instante, presentándolo como una clamorosa confirmación de la conexión entre el pueblo Dogon y antiguos visitantes del espacio exterior. Y por supuesto, antes que nadie, el propio Robert Temple, quien aprovechó para lanzar la nueva edición de su libro. Curiosamente, el hecho de que la supuesta “Emme Ya” de los Dogon tenga pocas características comunes con la estrella enana de Benest y Duvent no parece molestarles. Por ejemplo, el supuesto período orbital de Emme Ya sería de 50 años, considerablemente mayor que los seis años que estiman Benest y Duvent para su enana roja. Por no hablar de que aún cuando esta estrella existiera, aún quedaría por demostrar que tiene a su alrededor un sistema planetario, y que en este sistema están dadas las condiciones para que se desarrolle la vida y una civilización tecnológica como las de los fantásticos “Nummos” de la leyenda (y esto en realidad luce como muy poco probable).
Quizás fuera conveniente preguntarse si no es una mera coincidencia afortunada que los Dogon hayan imaginado a Sirio como un sistema triple, aunque contra esto se podría argumentar que parece más factible que un conocimiento muy antiguo al respecto se haya ido desnaturalizando progresivamente al pasar oralmente de generación en generación.
De cualquier manera, pudiera parecer que la propuesta aparición en el escenario de Sirio C echa por tierra la posibilidad de que los Dogon adquirieran sus conocimientos astronómicos de una fuente terrestre y moderna. Pero nuevamente, no es así, por la sencilla razón de que la idea de que Sirio es un sistema triple no apareció por primera vez en 1995 con Benest y Duvent, sino mucho antes. En realidad, la idea de la probable triplicidad de Sirio tiene una historia singularmente larga. Tan temprano como en 1894 (sí, 1894) ya se observaron irregularidades en el movimiento de Sirio B, lo que llevó a sospechar la existencia de un tercer cuerpo estelar.
Posteriormente, entre 1920 y 1930, aparecieron alrededor de veinte reportes de observadores que creyeron haber visto una pequeña estrella adicional en el sistema. El primero de esos reportes fue el de Phillip Fox en 1920, quien informó que la imagen de Sirio B parecía ser doble. Fox realizó esta observación utilizando el mismo telescopio refractor con el que Alvan Clark había descubierto a Sirio B en 1862. Otros informes similares fueron presentados posteriormente por Robert Thorburn Ayton Innes y por Willem H. van den Bos. Un poco más tarde, en 1933, Voronov, basándose en un análisis de la velocidad radial de Sirio A entre 1899 y1926, postuló la hipótesis de la duplicidad de Sirio A, estimando un período orbital de 4,5 años para la acompañante. El interés por el teórico tercer componente de Sirio no decayó drásticamente sino en 1973, cuando un detallado estudio de Irving W. Lindenblad (el mismo astrónomo que fotografió por primera vez a Sirio B) realizado a lo largo de casi siete años, no logró encontrar ningún dato que apoyara su existencia.
La cuestión aquí es que de nuevo nos encontramos con que uno de esos extraordinarios conocimientos que Griaule le atribuye a los Dogon ya había sido previamente discutido por los astrónomos de los años veinte. Que los supuestos avistamientos de Sirio C en la década de los veinte fueran reales o no (y muy probablemente no lo eran) no tiene aquí mayor relevancia: lo importante es que esa información, errada o no, existía y circulaba antes de que Griaule partiera con sus expediciones al África y bastante antes de que los sacerdotes Dogon accedieran a “iniciarlo” en sus más profundos secretos (¡en 1946!). Si algún viajero occidental interesado por la astronomía, digamos que en la década de los veinte o treinta, llevó a los Dogon la información maravillosa acerca de Sirio B, pudo también llevarles la de la supuesta Sirio C. En este sentido, y en contra de lo que pretenden los divulgadores, una eventual confirmación de la existencia de Sirio C no demostraría en absoluto que los Dogon hubieran recibido de la antigüedad informaciones impartidas por visitantes extraterrestres. Por el contrario, si a la larga Sirio C no existiera, esto estaría a favor de que lo que recibieron los Dogon fueron informaciones contemporáneas y erradas de algún visitante mucho más terrenal.
Más explicaciones
Hasta este momento hemos analizado la extraordinaria afirmación de que los mitos del pueblo Dogon contienen una inusual información astronómica cuya fuente original es la visita de seres alienígenas procedentes de Sirio en un pasado remoto, y hemos observado que esta hipótesis tiene puntos débiles en su argumentación, además de existir al menos una alternativa verosímil bien fundamentada. Sin embargo, no se ha puesto en tela de juicio la existencia misma de esa información dentro la sugerente cosmogonía Dogon. Ahora avanzaremos un paso más.
Recapitulemos:
La fuente original (¡y única!) empleada por Robert Temple, Eric Guerrier y demás divulgadores del “Misterio de Sirio” es el trabajo de Marcel Griaule y su equipo, realizado en las décadas de los treinta y cuarenta. Pero Griaule solo se refiere a los conocimientos astronómicos de los Dogon en su artículo Un Système Soudanais de Sirius, publicado 1950, y en Le Renard Pâle, que publicó Germaine Dieterlen en 1965, cuando ya Griaule había fallecido. En el resto de sus obras, incluyendo la fundamental Dieu d’eau, lo ignoran.
Antes que nada, recordemos que Marcel Griaule fue un antropólogo eminente y respetado, no un traficante de misterios al estilo de von Däniken o Zecharia Sitchin (o del mismo Robert Temple, a pesar de sus credenciales académicas). Ya antes vimos su pudorosa reticencia a especular sobre el posible origen del supuesto mito Dogon sobre Sirio (nada de atlantes ni de alienígenas procedentes del espacio exterior). Pero eso no implica que sus hallazgos y métodos no puedan ser sometidos a revisión y cuestionamiento.
De hecho, la metodología de Griaule ha sido sometida a críticas desde hace años. Empezando por su declarada intención de “redimir el pensamiento africano”, que lo puede haber llevado a importantes sesgos de observador. Se le ha criticado su método de obtener información a partir de un único informante a través de un intérprete, así como la ausencia total de textos en idioma Dogon. Lo que esto implica es claro: no oímos lo que los Dogon saben o ignoran acerca de Sirio, sino a Griaule (y a Dieterlen) interpretándolos.
En 1991 el antropólogo belga Walter E.A. van Beek, de Utrech, tras estudiar a los Dogon a lo largo de once años (desde 1979 hasta 1990) publicó en Current Anthropology un artículo titulado Dogon Restudies. A Field Evaluation of the Work of Marcel Griaule. En ese artículo, Van Beek hace notar, en primer lugar, el hecho (realmente sorprendente) de que los datos originales de Griaule y Dieterlen son únicos; ningún otro antropólogo, trabajando sobre el mismo terreno, ha logrado reproducirlos. En otras palabras, no ha existido ninguna verificación independiente de sus afirmaciones. También señala que durante sus años de investigación con los Dogon, tampoco él pudo encontrar el más mínimo rastro del detallado saber sobre Sirio que Griaule les atribuye.
La intención inicial de van Beek era encontrar evidencia de las aseveraciones de Griaule; pero finalmente tuvo que aceptar que existían graves problemas al respecto. Van Beek halló a los informantes de Griaule, incluyendo a su intérprete–compilador, Ambara, al que ya hemos mencionado con anterioridad (Innekouzou, el sacerdote responsable del “saber sobre Sirio” había fallecido en 1951). Descubrió que “ningún Dogon fuera del circulo de los informantes de Griaule había oído jamás de Sigu tolo o Po tolo… Aún más importante, nadie, aún dentro del círculo de los informantes de Griaule había oído o entendido que Sirio fuera una estrella doble“. Asimismo, encontró que aún cuando esos informantes supieran de Sigu tolo, no eran capaces de ponerse de acuerdo respecto a cual estrella se refería ese término: “para algunos, es una estrella invisible cuyo ascenso anuncia la fiesta Sigui, para otro es Venus que en una posición determinada aparece como Sigu tolo. Todos concuerdan, sin embargo en que ellos aprendieron acerca de la estrella de Griaule”.
Por supuesto, los Dogon conocen a Sirio (es la estrella más brillante del cielo), pero según van Beek no le dan el nombre de Sigu tolo, sino el de Dana tolo. Aún más, puntualiza que (contra lo informado por Griaule) “el conocimiento de las estrellas no es importante [para los Dogon] ni en la vida diaria ni en sus rituales”, resultando para ellos mucho más cruciales otros fenómenos celestes, como la posición del sol y las fases lunares.
Griaule obtenía sus datos en largas sesiones con un informante principal; el intérprete–compilador de estas sesiones (respecto al “saber de Sirio”) era Ambara. Es muy probable que en este proceso Griaule reinterpretara las informaciones de su traductor de acuerdo a sus propios conocimientos (a Griaule le interesaba la astronomía y la había estudiado en una época; sin duda conocía la polémica sobre la naturaleza de Sirio B, y es muy probable que estuviera al tanto de los avistamientos inconfirmados de Sirio C en la década de los 20, todo ello ocurrido antes de que iniciara sus investigaciones en África). Van Beek hace notar que la cultura Dogon le da una gran importancia al consenso y a evitar las contradicciones. Al enfrentarse a alguien tan respetado y apreciado como Griaule, habrían preferido aceptar sus análisis erróneos como propios. En este escenario, la información sobre Sirio B habría partido del mismo Griaule, quien quizás puede haber malinterpretado alguna referencia relativa a una estrella visible y poco conspicua cercana a Sirio como el reconocimiento de su compañero invisible. A este respecto, van Beek hace dos observaciones más:
a) En su experiencia de once años con los Dogon, observó que estos tienden a darle nuevos nombres a objetos de todas clases (incluyendo las estrellas) solo con el fin de satisfacer la curiosidad de los investigadores.
b) Griaule tenía la tendencia a querer controlar las situaciones, en tanto que los Dogon procuran, siempre que pueden, evitar desacuerdos con los hombres blancos. En especial con Griaule, quien les había impresionado como un personaje muy importante. Si este les hubiera hecho una preguntado dirigida sobre si conocían a la compañera invisible de Sirio, muy probablemente hubiera obtenido una respuesta afirmativa, aún cuando realmente no supieran nada al respecto.
Van Beek cita un ejemplo específico de esta tendencia de los Dogon al consenso: una de sus narraciones explica la diferencia entre ellos y los blancos mediante una historia tomada del Génesis (la de la ebriedad de Noé). Solo que la reivindican como propia y rechazan que se trate de una historia tomada de los blancos, y en esto coinciden tanto aquellos Dogon que aún mantienen sus creencias tradicionales como aquellos que son cristianos.
Una contraexplicación a los hallazgos de van Beek es que el saber sobre Sirio es realmente muy secreto y conocido solo por unos pocos. A esto puntualiza: ”ni los mitos ni los cantos [de los Dogon] – a pesar de ser sagrados – son secretos. De hecho, el «tem» [conocimiento colectivo] es conocimiento público”. Aún más: “La cuestión es, entonces, que tan secretos pueden ser los secretos y aún así permanecer como parte de una cultura. El significado compartido es un aspecto crucial en cualquier definición de cultura, mientras que un secreto compartido por unos pocos es por definición marginal… Así, si los secretos revelados a Griaule son parte de la cultura Dogon, uno debe ser capaz de volver a conseguir su rastro”.
Si los hallazgos de Griaule son únicos, no se puede decir lo mismo de los de van Beek; otros antropólogos, como Jacky Boujou, con 10 años de experiencia entre los Dogon, y Paul Lane, trabajando también sobre el terreno, han coincidido con sus conclusiones. Naturalmente, Dieterlen (que falleció en 1999) y la hija de Griaule, Genevieve Griaule–Calame defendieron la obra de éste; esta última llegó a calificar la crítica de van Beek de “especulación desenfrenada”.
Otros críticos han encontrado más fallas en los “descubrimientos” de Griaule. Como Peter James y Nick Thorpe, en su libro Ancient Mysteries (1999). Estos se refieren fundamentalmente a los argumentos de van Beek, pero también encuentran lugar para aportes propios. Por ejemplo, hacen notar serias divergencias entre la interpretación que hace Griaule y lo que él mismo reporta que le informaron los Dogon. Así, la interpretación de Griaule asume que Po tolo es Sirio B, en tanto que la información original es muy diferente: “Cuando Digitaria (Po tolo) está cerca de Sirio, esta última se hace más brillante; cuando está más lejos de Sirio, Digitaria emite una luz parpadeante, sugiriendo varias estrella al observador”. Difícilmente se puede decir que esto sugiera una acompañante invisible de Sirio. James y Thorpe también consideran sospechoso el antiguo interés de Griaule por la astronomía, y sugieren que reinterpretó las respuestas de sus informantes de acuerdo a sus propios conocimientos y a lo que deseaba oír.
Conclusión
Podemos resumir el estado actual de la que es considerada por muchos como la evidencia más sólida de la visita de seres del espacio exterior a la Tierra en un pasado remoto en los siguientes puntos:
***Ninguno de los “extraordinarios” conocimientos astronómicos que le legaron esos visitantes alienígenas al pueblo Dogon era desconocido para la astronomía moderna antes de que sus mitos fueran registrados en los años treinta y cuarenta. En esto se incluyen varios errores obvios, muy poco probables viniendo de una civilización tecnológicamente avanzada.
***No existe ningún registro previo a los años treinta y cuarenta de ese extraordinario saber astronómico.
***La evidencia material respecto a ese extraordinario saber es ambigua y sujeta a interpretaciones arbitrarias, como el famoso “huevo del mundo”, transformado en un “diagrama orbital”.
***Existen explicaciones alternativas verosímiles, como la de Carl Sagan, basada en procesos de asimilación cultural que ya han sido observados entre otras culturas.
***Más importante todavía: toda la leyenda del saber secreto sobre Sirio del pueblo Dogon se basa en una única fuente (Griaule), y las aseveraciones de esa única fuente no han podido ser confirmadas por otros investigadores trabajando sobre el terreno. Dicho de otra forma, no ha existido una verificación independiente de los datos.
***Los datos y los métodos empleados por la fuente original han sido cuestionados y criticados.
***Y no es solo cuestión de que los datos originales no hayan sido verificados independientemente: la investigación de Walter van Beek aporta evidencias en contra de que alguna vez haya existido entre el pueblo Dogon un inusual, y detallado y preciso conocimiento astronómico, fuera de las posibilidades reales de una sociedad pretecnológica.
Por lo visto, la evidencia no es tan sólida como parece, o como se nos quiere hacer creer. A pesar de que incluso la Encyclopædia Britannica Online haya incurrido en la demagogia y el absurdo de aceptar que la ceremonia Sigui descansa en “la creencia de que hace 3000 años anfibios procedentes de Sirio visitaron a los Dogon”. Para concluir, y solo como dato curioso: Robert Temple no repara en el trabajo de van Beek en la reedición de su libro The Sirius Mystery. Esta “extraña” omisión no puede menos que resultar llamativa en un erudito de su talla. Una lástima sin duda, pues hubiera podido exponer los indudables vínculos del antropólogo belga con la KGB, la CIA y la NASA, en su intento coordinado por suprimir su hipótesis. La cronología se lo permitía (Dogon Restudies es de 1991, y la reedición de The Sirius Mystery de 1998), pero muy probablemente debe haber sentido que esa clase de referencias hubiera echado a perder una buena fábula.
Muy interesantes: El Triángulo de las Bermudas, Los Dogon y sus tonterías, Inteligencia extraterrestre, ¿Dónde están los extraterrestres?, Vida extraterrestre, Misterios del Universo (I), Conspiración ovni, OVNI: La muerte anunciada y Ovnis, ¿un mito muerto?
hola, e leído atentamente la nota y algunos comentarios, el pueblo dogon sufre mucho los estragos que están padeciendo las mayoría de los demás habitantes originarios de África, por que en lugar de discutir tantas estupideses de sirio o no sirio, sirio a o sirio b y otras cosas sin sentido no nos ponemos de acuerdo para poder ayudarlos en las crisis humanitarias que están sumergidos como su perdida del medio hambiente, sus enfermedades que hacen estragos en la población y el hambre y la pobreza que sufren, es creo más redituable para los dogones y para nosotros.
NOTA DE SIESP:
Totalmente de acuerdo con tu comentario. Gracias por participar.
Meticuloso ensayo. Me atrae mas la razon de Sagitario B, de donde este planetoide procede, siendo absorbida, aun en proceso, por Via Lactea, la cual se proyecta sufrira igual suerte ante Andromeda.
Tras leer el artículo y teniendo en cuenta ciertos comentarios, no merece la pena aportar nada al respecto, pues al final, todo se reduce a un autobombo basado en yo sé más que tú, porque soy científico y tú no, y mis «pruebas científicas» son la verdad absoluta, todo lo demás son sólo piedras construidas por gente con taparrabos, con tonos de piel maravillosos; y si no, decidnos: ¿por qué no hay restos de acero o de titanio?…Pero en mi pobre opinión, plantearse esta última pregunta, es como decir que toda la cerámica actual está hecha a mano (y no con herramienta moderna) simplemente porque «son sólo piedras», y por muy sofisticadas que puedan parecer, son restos de rocas, al fin y al cabo. Sin tener en cuenta todo el i+d+i, que utiliza este sector industrial en la actualidad.
A menudo, a día de hoy, decir «prueba científica», es casi tan ambiguo, como decir alquimia o bálsamo de fierabrás, en el sentido de que esta expresión parece que vale para refutarlo todo. Creo que no hay ciencia (ni científico) que contemple todas las posibilidades, pruebas o evidencias científicas a la hora de realizar un estudio (como lo haría la combinatoria en matemáticas, por ejemplo), simplemente porque cada rama de la ciencia va en un sentido, y no suele haber unificación de las mismas, para un estudio concreto.
Otro aspecto que me parece tan interesante como desagradable, son las alusiones ofensivas al coeficiente intelectual y a la formación de los demás. Sólo un test de inteligencia mide lo listo que eres, porque los conocimientos sólo demuestran la cantidad de cultura que se posee y aunque ambas cosas puedan tener cierta relación, no tienen nada que ver. En cuanto a la formación, más de lo mismo…, el saber está en los libros, éstos no entienden de titulaciones. Inmersos en un conocimiento ilimitado, infinito, que da miedo, hasta el más sabio de todos, es un completo ignorante.
Saludos cordiales de un ignorante más!
¿Puedes dar mejores argumentos que esos?
Si esa es tu conclusión a tan extenso y argumentado artículo, no tengo más remedio que dar la razón a la última línea de tu comentario.
Es una pena, porque se te ve instruído, y ya me hubiera gustado que, tras descalificarnos a nosotros, hubieras entrado en materia y dado tu punto de vista sobre los dogon.
En fin, lo dicho: Saludos «ignorante más».
«Tras leer el artículo y teniendo en cuenta ciertos comentarios, no merece la pena aportar nada al respecto»
Más valía entonces no mancillar la caja de comentarios con tu verborrea.
«todo se reduce a un autobombo basado en yo sé más que tú, porque soy científico y tú no, y mis “pruebas científicas” son la verdad absoluta, todo lo demás son sólo piedras construidas por gente con taparrabos, con tonos de piel maravillosos; y si no, decidnos: ¿por qué no hay restos de acero o de titanio?»
Y el autobombo que sí vale es el que hacen los charlatanes que venden estas magufadas y que promueven el odio al escepticismo y el orgullo por el título de magufo. Ahora resulta que los imbéciles van a decidir qué es verdad en base a corazonadas, ganas de creer y censura al cuestionamiento de sus creencias. Dejando como recordatorio que antes creían en Pie grande, en el chupacabras y en el monstruo del Lago Ness, y precisamente dejaron de creer en eso porque los escépticos les hicieron ver lo ridículos que se veían (Y se ven).
¿Por qué hay restos de acero y titanio? Molaría que con esos supuestos restos hubieran construído aparatos de ondas de radio, estructuras mejor edificadas (Miren las más modernas de los japoneses) pero sólo hay edificaciones que parecen de plasticina con techos de tallos de mijo. Es decir, la tecnología de sus visitantes era una mierda, porque no duró lo suficiente, igual que con los aliens egipcios.
«A menudo, a día de hoy, decir “prueba científica”, es casi tan ambiguo, como decir alquimia o bálsamo de fierabrás, en el sentido de que esta expresión parece que vale para refutarlo todo. »
¿Ambiguo? ¿Según qué criterio o concepto? ¿No es ambiguo, por el contrario, las magufadas de los «Cosmonautas ancestrales» que se presentan sin pruebas? Las pruebas científicas que nos han permitido tener internet y vidas más largas, ahora son ambiguas. Vale.
«simplemente porque cada rama de la ciencia va en un sentido, y no suele haber unificación de las mismas, para un estudio concreto.»
Pues resulta que antes era así. Y para buscar extraterrestres reales con métodos reales, debe ser así.
Pregúntale a los Dogon si sus extraterrestres les hablaron de genética, porque las enfermedades los llevan mal.
Típico comentario de agnósticos, decir que “prueba científica”, es casi tan ambiguo, como decir alquimia o bálsamo de fierabrás, o decir que Sólo un test de inteligencia mide lo listo que eres, lo demuestra, este señor se casa con todas las novias, dice que no merece la pena aportar nada al respecto y es lo que ha hecho: Aportar nada, solo refutar pruebas científicas para justificar su tibia posición. Y de los Dogon, nada.
De acuerdo a este autor y comentaristas varios, Los relatos vedas son pura Imaginacion, Vimanas , arma que brillo mas que mil soles niños que morían en el vientre de sus madres, gorriones que nacían con plumaje blanco , el libro de Enoch es puro cuento, curiosamente describe lo mismo que Gagarin, y la visión de Ezequiel de la expansion de cristal que cubría sus cabezas es pura imaginación, soy ingeniero leí mucha ficción lo de julio Verne varios disparates absolutamente ilógicos de Bradburi mas incoherencias y llegue a la conclusión que esos relatos jamas pudieron se imaginados, son demasiados coherentes. Por supuestos el autor de esta critica cree a pie juntillas lo de calmar el mar ,multiplicar panes y peces, curar ciegos, resucitar muertos, el asunto del paraíso y el infierno y demás patrañas etc etc. eso no se discute pero relatos con absoluta lógica como los que menciono eso si es fantasía
Para ser un «ingeniero» escribe bastante mal, aunque viendo el comentario no me sorprende ignorando la imaginacion de la gente o sobre todo lo que pueden hacer las drogas.
Pero bueno, de alguien que dice creerse los cuentos de hadas de la Biblia es algo esperable.
Me parece que este Felix Abichuela es otro «iluminado» de los que creen que Siesp es católico 😛 Realmente no entiendo por qué los magufos piensan que todos los escépticos son creyentes, si un creyente está lejos de ser escéptico, ya que no aplican la lógica a lo que ellos quieren creer. Más todavía: muchas veces magufos y religiosos terminan coincidiendo, y no pocas veces.
Es por eso que yo no tengo ninguna fe en la humanidad, ya que el día en que descubramos una cura al cáncer a base de células madre saldrán los fundamentalistas religiosos a decir que la cura es un genocidio y que debemos invertir tiempo en buscar otro método (rezando, seguro).
Se malgastaron 1000 años de nuestra historia en darle cuerda a los dogmas y en silenciar todo aquello que pusiera a prueba la fe. Luego, despreciamos y subestimamos la energía solar porque el precio del carbón era baratísimo. Una lástima.
Saludos
Ya lo comenté antes, pero lo vuelvo a traer aquí: los conocimientos de astronomía de los Dogon son sospechosamente similares a lo que se sabía a a principios del siglo pasado. Si les hubieran hablado de algo que solo se sabe desde que tenemos sondas espaciales sí que sería algo que valiera la pena investigar.
La tercera compañera de Sirio, por cierto, no ha sido encontrada y de existir orbitaría cada 6 años, no 50 (Wikipedia inglesa y fuentes de allí)
Al final lo único aprovechable de eso es esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=PHE2auKM-4s
NOTA DE SIESP:
Demasiado dura esa canción para mis oídos 😛 😛 😛
Lo de los dogon es el resultado de ver cómo prosperó la mentira de Berlitz sobre su triángulo de las Bermudas, llenando los bolsillos de su autor. Luego, Temple se inventó lo de esa tribu y también se llenó los bolsillos.
Hoy en día, ambas fantasías han sido desmontadas y aclaradas como fraude, pero mucha gente sigue sin tener el coeficiente intelectual mínimo como para dejar que la Verdad les destroce su fantasía. Allá ellos.
Abrazos.
Lo que vale la pena en ella empieza cuando acaban los rugidos. Lástima que esa banda lleve sin sacar nada desde 2008, porque la vocalista tiene una voz muy buena.
Al final es eso: no se puede decir que nunca, en toda la historia de la Tierra, haya pasado por aquí una nave alienígena y que haya explorado este planeta, aunque sea desde el espacio y todo lo más mediante sondas avanzadas (el equivalente mucho mejor de los rovers marcianos) -asumiendo que existieran otras civilizaciones-. Una cosa es eso, y más en el pasado antes de que tuviéramos la tecnología que tenemos hoy, y otra muy distinta es pensar que van a llegar seres de las estrellas, van a poder relacionarse con nosotros sin problemas -muy difícil sino imposible, porque sus mentes no iban a funcionar como las nuestras salvo todo lo más instintos básicos (supervivencia, etcétera)- y se van a ir sin dejar un simple tornillo o prueba material de su estancia aquí (y hay más pegas).
NOTA DE SIESP:
Exacto. Resulta una incongruencia creer que todo lo hicieron seres venidos de las estrellas… ¡¡¡y resulta que las presuntas «pruebas» son siempre obras perfectamente justificables por la actividad humana!! (construcciones de piedras y no de acero inoxidable o titanio). Y, por supuesto, a lo más que los «hinbestigadores» se acercan es a señalar un presunto astronauta dibujado por los nazca en la ladera de una colina (dibujo que podría haber hecho perfectamente un niño)… ¡¡¡PERO JAMÁS ENCONTRARON NI UN TORNILLO DE ESA PRESUNTA CIVILIZACIÓN AVANZADA, NI UN CHIP, NI UN PEN-DRIVE… NADA!!! Solo piedras.
Así se consuelan únicamente las mentes débiles. Y no es que nosotros nos cerremos a la posibilidad de su visita o su existencia, sino que nos cerramos exclusivamente a que nos quieran hacer pasar un ladrillo por un ordenador con chip i7 o sistema IOS 😛 😛 😛 Nuestras «tragaderas» son mucho más exigentes que las de los crédulos.
Abrazos.
Miralo por el lado positivo los niños Dogons actuales saben algo de astronomia, que es mucho pedir de muchos de nuestra gente actual que nos rodea y no vieron Cosmos de Carl Sagan de niños.
NOTA DE SIESP:
Los niños dogon no saben astronomía. Su actual grupo les concede el conocimiento justo para fingir ante los turistas y sacarles algunos francos de la CFA, jejejeje.
Saluts.
Hola. Me sentí aludido por el iluminado este cuando lanzó un consejo, y como se que ni va a argumentar ni va a aportar nada al debate, me voy a permitir darle yo a el también un consejo, como agradecimiento por el suyo.
David, un consejo…deja de ver esos programas de televisión que ves, o de oir a esos locutores de radio que oyes, o de ver esos videos que ves en internet.
Ya se que no te gusta usar la mente, pero la magia, los marcianitos invasores, los iluminatti y las caras de Belmez te han agarrotado la capacidad de razonar y las neuronas por falta de uso…. y comienza a prestar atención a tus profesores en el colegio, que te veo acabando la secundaria y siendo carne de cañón para los vendedores de revistitas y líderes de sectas…
y si eres adulto, lo tuyo es mas grave, pero no te preocupes que todavia lo puedes arreglar.. vuelve a estudiar la EGB, pero desde el principio, quizás estudiando y aprendiendo sobre cosas que SI existen puedas quitarte todo el oxido ese que te cubre el hueco de tu abierto cerebro… adiós a ti, y saludos para el resto
NOTA DE SIESP:
No he querido ensañarme con este pedazo de carne con ojos porque he querido pensar que, desde su ignorancia supina, pretendía que fuéramos mejores 😛 Pero tengo la impresión que es imposible que sea consciente de su grave déficit intelectual.
Es como si él estuviera viendo la retransmisión por televisión de la llegada a Marte de la primera nave con humanos, y justo al bajar la escalerilla el astronauta tropieza y suelta un improperio, a lo que este sujeto delante del televisor exclama: ¡Señor, perdónalo porque no sabe lo que se hace!
¡¡Coño!! ¿No sabe lo que hace un señor que ha tenido que estudiar muchísimo para llegar a donde está? ¿Y qué sabe este tipejo?
Ya lo dice el refrán: Cuando uno se acuesta lechón, se levanta cerdo 😛 😛 😛
Un abrazo.
Este artículo me parece una sarta de patrañas y escusas para negar lo evidente. Pero no me sorprende, es lo típico en gente con poca información, o con intereses por esconderlo. Si no tenéis suficientes datos, ni como para escribir un chiste, no os creáis en posesión de la verdad absoluta, distorsionando además los pocos datos que creéis tener.
Un consejo, jugad al cubo de Rubik, ajedrez, y juegos de este estilo para ejercitar la mente, ya que el negacionismo sistemático la cierra y la agarrota demasiado.
Adiós.
NOTA DE SIESP:
¿Cuáles son las patrañas? ¿Qué es lo evidente?
Más te hubiera valido enumerarlas para poder dialogar, porque entrar a un blog a hacer el tonto es lo único que por lo visto sabes hacer muy bien.
Anda, vete al cine mente petrificada.
Armando, si te has leído todo el hilo, verás que se menciona la época donde el “hombre blanco” aprendió esos conocimientos, que la publicación del presunto conocimiento de “el hombre negro” (lo pongo así por alegoría a tu texto, personalmente pienso que la temática racista está fuera de lugar en el hilo), es posterior a los descubrimientos de “los Blancos”, y el contacto entre ellos (blancos y negros = Grises?) podía haber influido en lo que presuntamente sabían presuntamente, porque por lo visto no es cierto que supieran lo que el Sr. Robert Temple (curioso nombre… perfecto para los conspiranoicos 😀 ), dice que sabían.
Habiendo resumido humildemente el inicio del tema, debo decirte algo a tu inadecuado comentario, por lo que leo piensas que en general aquí se menosprecia a las personas por su tono de piel, su etnia, su origen o su idioma.
Aquí somos todos como se diría en mi tierra “de su padre y de su madre”, expresión que viene a decir algo así: cada uno tiene orígenes distintos, de países distantes, de color de piel… ni idea, pero a quien le importa?…
Aquí nos une la pasión por la verdad, o al menos el intento de conocerla, que la confianza en las pruebas y el método científico forma parte de nuestra visión del mundo que nos rodea (mundo y universo), que el menosprecio que de vez en cuando ostentamos se debe a personajes que entran es este espacio virtual que consideramos nuestra casa (para uno es un hecho, el blogmaster), e intentan evangelizarnos, intentan convencernos que el origen del hombre viene de unos mineros espaciales que necesitaban mano de obra barata, que los huesos de los dinosaurios los puso un dios para probarnos, que un tipo se salvó de un diluvio metiendo con calzador un porrón (montón) de animales en una barca que por el tamaño, medidas y medios de construcción no hubiera podido terminarla él y sus hijos en una sola vida, pero que daba igual el tipo y los suyos vivieron 3 o cuatro vidas, que es verdad y existió un señor que desde que es concebido se dedica a plagiar las vidas de otros personajes de los cuales sí existe constancia histórica de ellos, pero de este personaje nadie sabe nada excepto un tipo medio loco que lo hizo aparecer muchos años después de su supuesta existencia…
Contra ellos no me excusaré si pierdo las formas, perdón de antemano (no a ellos, sino a mis compañeros de aventuras).
NOTA DE SIESP:
En las preguntas al aire que he dejado en el comentario anterior he querido demostrar que en nuestro espacio de «Verdad» (o al menos de aproximación a la misma por el Método Científico) no valoramos a nadie por su aspecto físico, sino por el mental. Y es evidente que, puestos a resaltar otras razas distintas a la china, podemos resaltar la raza negra, la blanca, la pielroja, etc.
Es más, ¡¡Jesucristo era negro!! 😛 y el mayor asesino de la Historia (Hitler) era blanco.
En fin, después de tu canto a la tolerancia, casi es un insulto a la inteligencia lo que el comunicante anterior ha dicho. Y después de lo tuyo ya no me queda más que decir (pienso que con lo de Jesús he tenido bastante) 😛 😛 😛
Un abrazo.
por favor no sean tan cerrados…..ahora resulta que todos los conocimientos desarrollados por la civilizaciones antiguas se le de deben al hombre blanco….
que cerrados mentales……..
NOTA DE SIESP:
¿Quién afirma eso? ¿nosotros? No.
¿De qué color tenían la piel los antiguos egipcios? ¿De qué color tenían la piel los obreros de la muralla china? ¿De qué color tenían la piel los Anasazi?
Listos y tontos los hay y los ha habido en todas las culturas.
Pero en el caso de los Dogon, éstos no tenían ni puñetera idea de Astronomía hasta que los colonos franceses llegaron por allá.
Saluts.
La verdad que no había que mirar con «lupa» los conocimientos Dogon para pensar que todo era un montaje, me sucede lo mismo cuando veo una fotografía nítida de un Ovni, inmediatamente pienso en las factorías de efectos especiales para cine y TV. Youtube esta lleno de estos vídeos.
NOTA DE SIESP:
Ciertamente no era necesario mirar con lupa, pero es que la mejor manera de desmontar los fraudes ante los ojos de los disminuidos es mostrarles todos y cada uno de los pasos en falso que han trazado los vendemisterios. Efectivamente, hay demasiados vídeos para volver locos a esos disminuidos 😛
Gracias por comentar.
El comentarista rafael aguirrees otro conspiranóico que reprobaría el test soplapitos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Mas que reprobarlo yo diria que lo aprobaria… !y con muy buena nota! 😛
Abrazos
El infierno esta lleno de gente con buenas intenciones, ahora si me esfumo saludos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Nosotros estamos condenados al infierno… aunque no tengo tan claro que tengamos muy buenas intenciones. Sobre todo con cierta vecina que tanto me sonríe 😛
Un abrazo.
Federico Apost si tu eres cientifico yo soy Elvis Presley.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Pues un gran parecido con Elvis lo tienes
😆 De manera que Federico Apost podría ser científico, pero de esos que ha obtenido su titulación en una tómbola jajaja.
Saluts.
Mauro tu pagina es algo tonta, no es muy sesudo y las preguntas que plantean nosotros ya las sabemos ademas de ser muy infantiles y llenas de suposiciones vagas no me gusta que una persona adulta divage tanto en un tema en concreto ya conocido y estudiado.
Mauro sin ofender ya madura hombre.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Mauro tiene buenas intenciones, pero le falta madurar, aprender. El día que lo consiga es posible que pueda alternar con quienes ya tienen esta faceta de la vida (creer en extraterrestres, atlantes, etc) superada.
En fin, cada uno aprende la Historia que quiere y nosotros intentamos aprender la que podemos y se basa en pruebas 😛
Abrazos.
Muchachos les dejo n link interesante, la historia no es como nos la contaron, hubo civilizaciones antiguas y contactos extraterrestres mas que seguro, espero no me censuren el comentario, solo aporto al debate.
http://www.taringa.net/posts/imagenes/17188109/Existio-una-civilizacion-global-en-el-pasado.html
NOTA DEL BLOGMASTER:
¿Por qué iba a censurar el comentario? Si lo hiciera no podría darte la razón: «la Historia NO es como TE la contaron».
Gracias por comentar. Saludos.
Y al final, todo resulta ser otra falacia humana para sacar dinero…
NOTA DEL BLOGMASTER:
No será el nuestro jejeje. Ya sabes que los «listos» viven de los tontos, y éstos de su trabajo. De mí procuro que no viva ningún parásito de la humanidad 😛
Saluts.
extraterrestre: exterior a la tierra…que miedo al ridículo, verdad?….
ovni: objeto volador NO identificado…paraciencias?…seguro?…
los antiguos guardan la clave, pero descifrándola sin plantearse si quiera la posibilidad de otra realidad, lo llamo «dogma». Si nadie me ha demostrado aun que existan los «extraterrestres» y su posible conexión con nosotros en el pasado, tampoco la ciencia me ha demostrado muchas cosas. Como científico que ha mamado de las fuentes del pragmatismo y del dogma, me he dado cuenta que si hubiéramos dejado volar más nuestra imaginación, la ciencia hoy aun estaría más avanzada. Pero claro, los intereses sociopolíticos no lo pueden permitir. Ralentizamos y obstaculizamos mentes privilegiadas para conducirlos a la locura y los condenamos al exilio científico. No nos rasguemos las vestiduras ante algo que puede se vuelva en nuestra contra cuando comencemos a poblar otros mundos…si es que llega.
Saludos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Tú no eres científico.
¿Volar la imaginación? Pues claro. ¿A qué persona se le niega que deje volar su imaginación? ¿No fue así como los grandes avances de la humanidad se han producido? Ni tan siquiera a una persona ilustrada (con conocimientos) se le impide.
Ahora bien, hay quien SOLAMENTE tiene imaginación, sin estudios, y esos son los que hacen daño. Son los que dicen que es posible una «Tierra hueca», «ruinas en la Luna», etc (por no hablar de especulaciones puras y duras del tipo «múltiples civilizaciones extraterrestres»). Y eso está muy bien, pero no pretendamos confundir fantasía con realidad.
Por último, ¿quién TRABAJA MÁS por encontrar a los «habitantes de Sirio»? ¿No son acaso las misiones espaciales de LA CIENCIA?
Lo que pasa es que el ignorante tiene prisa para que sus sueños se conviertan en realidad, y la Ciencia es la única que nos despierta de los sueños para devolvernos a la Realidad. Aún así, es bonito soñar, pero siempre que sepamos que son sueños.
Saluts.
¡Ante todo, GRACIAS A UD., Estimado Caballero, por ésta Información sobre la Tribu de los DOGONES. Y por el Trabajo, Estudio e Investigación sobre lo que hizo éste ciudadano de origen francés el Sr. Griaule.
Si puedo decir; que por éste planeta «TIERRA», han pasado ¡»Innumerables Civilizaciones Humanas»!. La Ciencia, trata de ir Investigando y Analizar; lo que ha pasado en diferentes Etapas de la Vida Humana, a través de otras Disciplinas Científicas. Pero…»SIEMPRE»…dejan un «ESPACIO», para tratar de
«RECONSIDERAR» Tiempo después, lo que NO SE PUDO ACLARAR ANTES, Y QUE AHORA SE PUEDE HACER…, pero aún así; «SIEMPRE»…se debe de dejar un ESPACIO…para ENCONTRAR POSIBLES RESPUESTAS y HUELLAS del Pasado…, como del FUTURO; y así…, tratar de ver el PRESENTE.
Conosco también…sobre: ¡LOS HA-BBA-SSI de ETIOPÍA!. Habrá quién lo Quiera Negar, está en su Derecho, de Pensar así, por diferentes motivos, bien por Creencias Religiosas…, Intereses Políticos…, Económicos…y hasta Social.
En la Verdad Histórica…hay Seres Humanos…, que ¡NO LA PUEDEN SOPORTAR; porque sencillamente sus Mentes No Están Entrenadas y Desarrolladas…, porque desde «Muy Niños…», o de acuerdo al Medio Ambiente
en que han Vivido y Desarrollado; se han vuelto Personas «DOGMÁTICAS».
Y la única Verdad, que Aceptan, es la PROGRAMACIÓN…que le lograron
Inocular, a través de la Indoctrinación de la Doctrina, sus más allegados…como Padre y la Madre, o los Familiares…, o la Escuela Religiosa, o el Ambiente Mundano
Tenemos que APRENDER, que Nosotros los Seres Humanos…, SOMOS PRODUCTO DE LABORATORIO EN GRAN ESCALA DESDE HACE MUCHO TIEMPO. Y en ésto, estoy haciendo un Trabajo de Investigación desde hace años…, y sencillamente…»No es tan Fácil la Tarea que me Propongo». Porque hay que DEMOSTRAR con HECHOS, PRUEBAS, y EVIDENCIAS tanto CIENTÍFICAS como a Nivel Histórico.
¡¡¡Gracias a Ud. por ésta Información!!!. Anibal
NOTA DEL BLOGMASTER:
Ante todo, gracias por comentar.
Efectivamente, podemos estar de acuerdo en todo lo que usted expresa. Yo únicamente matizaría una cuestión: Es posible que el ser humano sea un «producto de laboratorio», pero siempre que consideremos «laboratorio» a la Madre Naturaleza. Si esa expresión abre la puerta a la especulación extraterrestre, ahí ya no podríamos seguir intercambiando ideas, debido a que, como muy bien dice, son las PRUEBAS quienes nos van modelando el Conocimiento.
No es lo mismo buscar ‘pruebas’ que avalen nuestros prejuicios, que buscar ‘pruebas’ que derriban nuestros prejuicios. Los hechos son los hechos, y la especulación (por mucha fantasía que nosotros deseáramos) es sólo eso: especulación (que está muy bien, pero sólo como hipótesis de trabajo, nunca como tesis), o caeremos en el dogmatismo
Todavía recuerdo cuando yo creía en los seres inteligentes extraterrestres. Hoy no creo. Pero no quiere decir que no existan, simplemente quiere decir que, hasta ahora, yo sé que no hay ninguna prueba de su existencia.
Lo dicho, gracias por comentar.
Saludos.
Desgraciadamente mucho de lo que saben los pueblos indigenas de su propia cultura e historia se lo deben a los aportes de los hombres blancos. Si por ellos fuera, no tendrían ni idea de lo que pasó el siglo pasado.
Y lo que no saben, lo inventan, como en este caso. XD
NOTA DEL BLOGMASTER:
El texto del artículo es muy extenso, pero al final todo se explica. Quien quiera aprender, que aprenda, y si alguien tiene dudas, puede consultar el magnífico blog de Mauricio José Schwarz «El retorno de los charlatanes» 😛
Un abrazo.
muy interesante, nunca habia escuchado acerca de este tema, pero les faltaron algunos detalles a estos africanos, como por ejemplo algunas piedras talladas que se pudieran datar con el tiempo o algunas construcciones colosales o sea no hay nada que demuestre su adoracion a sirio o a algun dios. No se parece en nada a unos egicios, incas, mayas, o ya de perdida pieles rojas americanos. Saludos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
El gobierno de Mali (o lo que haya por allí después de que los islamistas se rebelasen), ayuda a fomentar el mito de los Dogon porque supone, por lo menos, un destino turístico. Hoy, los Dogon (o los que se hacen pasar por ellos) saben hasta Latín, e incluso inglés. Conocen hasta el espectro de la estrella Sirio e incluso su masa jejeje. Pero eso es hoy. Hace 80 años no sabían ni dónde tenían su mano derecha. Pero el mito fabricado por Griaule y amplificado por Temple ha servido para enriquecer a algunos en perjuicio del bolsillo de los tontos. Así es la vida por desgracia: «Los listos viven de los tontos, y éstos de su trabajo» 😛
Gracias por comentar.
Saludos.
Como genuina española, soy muy escéptica. Tenemos sobradas razones para poseer esa virtud. Pero me ha encantado el relato sobre los Dogon, y he encontrado muy buenos comentarios a él. Lo importante es ponernos a elucubrar a todos sobre estos temas. Tarde o temprano alcanzaremos la verdad.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Sobre este tema en concreto yo ya no elucubro. Lo tengo claro. Ya conozco la verdad. Llámame soberbio si quieres, jeje, pero sobre los Dogon ya no se puede especular, salvo que uno sea un «vendemisterios» o un ignorante.
Gracias por comentar.
Saludos.
Cierto, pues pensando en el post que puse de las lineas de Nazca, por que no construyeron Hoteles supeer avanzados, y espacio puertos, seguros, de metales que abundaban, coño, si puedes vencer las distancias interestelares con una nave en forma de tapa de olla, y esta no se estrellara por falta de aerodinamica en nuestro planeta, cosa que me parece una proeza mas alla de que el dios de los creyentes creara el universo hace 5000 años, como no se trajeron tecnologia suficiente para estar tranquilos aqui? o sea, le dijeron a estos tios donde encontrar una estrella pero no se les ocurrio decirles como fabricar un buen retrete? >_<
Este fin de semana discutia con mi esposa la posibilidad de que si encontraramos otra inteligencia intergalactica, por el simple hecho que seriamos absolutamente incompatibles con esta posibilidad, acabaran destruyendonos o los destruiriamos a ellos de manera rapida, algo asi como lo que sucede en el anime "Darker Than Black" o sea, una inteligencia que al final como simple consecuencia de no identificarnos como inteligencia, nos destruyan sin siquiera notarlo, o siquiera saber que esto pasaba, pues no somos capaces siquiera de reconocer otra inteligencia, pues no es igual a la nuestra. El mismo Hawkings piensa que un contacto con algo mas avanzado seria muy malo para nosotros.
De paso, las posibilidades de que algo en nuestra galaxia pueda romper esas distancias es absurda, digo nuestra galaxia por que aparte de andromeda, las demas galaxias se alejan, asi que para viajar de otra galaxia, no solo deberias vencer la distancia si no la velocidad de alejamiento, un imposible si lo analizas cuidadosamente.
No niego que la inteligencia en el universo exista, pues, hay buenas posibilidades actualmente que la vida, y la vida inteligente, sea muy comun en el universo, debido a descubrimientos recientes. Lo que dudo es que se traguen un viaje epico, peligroso y grandioso, usando tecnologica casi nivel "dioses" para llegar a un planeta de primates barbaricos a construir templos con tecnologia antigua y mal concebida, hacer rallitas de animalitos en desiertos, darle disquitos ridiculos y decirles pendejadas que no les son utiles en absoluto y luego irse, como si todo fuese un paseo turistico mal diseñado, sea posible. Creer esto es casi lo mismo que creer en adan y eva y la serpiente parlanchina.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Marco, lo único que haré en este tu comentario es decir que no te pierdas este enlace. TIENES QUE VERLO. (Lo publiqué hace más de un año. Hoy, las estadísticas son mucho mejores, jeje): https://misteriosaldescubierto.wordpress.com/2011/01/04/estadisticas-y/
Un abrazo.
Yo crei que sabia, ya ves, no es cierto, la verdad este asunto es una novedad para mi, ya he pasado por esto con los famosos discos asiaticos guardados en rusia, una comedia total, cuando supe de esos discos tuve la tentacion de fabricarme unos y buscar la forma de degradarles el carbono para que se vieran antiguos y asi comprarme un BMW manquesea usado, pero mi moralidad no me dejo, si tienes alguna habilidad intelectual puedes usarla para embaucar tanta gente como puedas y asi hacerte una figura historica.
Esto es una sorpresa, pero si lo piensan, engaños como este han ocurrido desde que se invento la arqueologia.
Como he expuesto en varios post aqui, es asombroso como los medios de comunicacion se hacen participe de estas patrañas, lo cual hace que perdamos mas aun la fe en ellos, y en quien los manipula.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Qué casualidad que los extraterrestres siempre estuvieron detrás de las civilizaciones perdedoras jajajaja. Los egipcios no aguantaron el empuje romano, los incas no pudieros cn los españoles, los mayas se extinguieron ellos solitos, y ahora los dogon. Uno de los pueblos más atrasados de la Tierra.
En fin, cruzar la galaxia para hacer el imbécil no es propio de extraterrestres tan avanzados como para venir aquí. Además, sólo «amontonaban» piedras, no construían con acero inoxidable 😛 😛 😛
Un abrazo.
La ciencia no lo sabe todo, pero lo que no sabe lo investiga, con un método llamado científico, que hasta el día de hoy es el mejor método que conocemos.
Las supuestas pruebas que salen de las explicaciones científicas son inmediatamente desacreditadas, porque así trabaja la ciencia, nada es cierto si no es comprobable.
Sin embargo en la ciencia también hay cosas increíbles e incomprensibles para el público en general, el viaje en el tiempo, los universos paralelos, lo inmaterial de lo material, después de todo no somos más que espacio entre «MINÚSCULAS» partículas, según la ciencia.
La verdad es que todos creemos sin ver, porque las explicaciones del universo sean de una forma u otra, no las podremos ver jamás, tan solo las podremos suponer, creer, comprobar por medios intelectuales.
Entonces en razón de lo anterior suplico de la manera más atenta posible, que respetemos los diferentes puntos de vista, vengan de donde vengan y de quién vengan.
Un último comentario, o petición, duden, duden de todo y de todos, pues ese es el verdadero camino para acercarse a la verdad.
Me disculpo por mis faltas de ortografía pero no tengo tiempo de revisar mi comentario.
Gracias.
NOTA DEL BLOGMASTER:
La condición de dudar es buena para empezar a investigar. Aunque, al menos, hemos de tener algo claro, sin dudas, como es que «podemos pensar», «aceptamos que 2+2=4», «no tenemos dudas de quién es nuestra madre», etc. Digamos que un mínimo de «axiomas» puede construir una cadena de razonamiento. Lo que no hacen las religiones es coger ese mínimo de axiomas y razonar. Cogen un «máximo de axiomas» y los mantienen inmutables. En cambio la Ciencia puede incluso adoptar otros axiomas como escalones para progresar en el razonamiento si los primeros se demuestran falsos.
La falsabilidad de una cuestión la convierte en científica, pero si trabajo con una duda no falsable, entro en el mundo de la especulación religiosa, pseudocientífica o, directamente, en la charlatanería.
Dudar no equivale a admitir todo lo que un charlatán diga. Puedo llegar a respetar cualquier barbaridad, pero no admitiré JAMÁS que se pongan al mismo nivel las fantasías de los charlatanes con los trabajos científicos. La Ciencia no lo sabe todo, pero cuando no se sabe nada de Ciencia, los disparates que se dicen son alarmantes 😛
Saludos.
El hombre de la Tierra esta corriendo my rapidamente desde hace 500 años cuando consideraba que la tierra era PLANA , y los extraterrestre nos consideran un peligro pues tenemos poderes nucleares, pero lo de los Dogones fue hecho a proposito para que supieramos que nos estaran vigilando, y esto puese ser reportado en inmumerables dibujos prehistoricos en otros pueblos que simulan seres con trajes raros o especiales- Los miedos de otra realidad nos obliga a otras explicacioes para hechos extraordinarios y que la ciencia oficial nos quiere mantener controlados al no permitir otras explicaciones.Atentamente Rafael Aguirre.27-12-2011
NOTA DEL BLOGMASTER:
Hace un par de días, nuestro amigo DyC me solicitaba que dejase pasar algunos trolls estas fiestas. Con este ya van dos en el plazo de un par de horas, jejeje.
Hay que ser membrillo para seguir hablando de «ciencia oficial», ¿es que acaso existe la ciencia no ofial? jajaja.
La Ciencia no lo sabe todo, pero cuando no se sabe nada de Ciencia, se llega a este grado de imbecilidad 😛
Saluts.
¿Puedes pensar por ti mismo ericlee?
NOTA DEL BLOGMASTER:
El que cree sin ver deposita su capacidad de razonamiento en los sinvergüenzas que se inventan hechos y seres inexistentes para engañar al ignorante. Creer sin ver es la antítesis de «conocer sabiendo».
Para responder a tu pregunta afirmativamente hay que ser capaz de alejarse de los dogmas, y eso sólo está al alcance de las mentes Libres.
Un abrazo, amigo.
no puedes creer sin ver?….
NOTA DEL BLOGMASTER:
No. Yo sé o no sé, pero jamás creer. Los que creen sin ver, creen en el ratoncito Pérez, en los reyes magos, en papá Nöel, en santa claus, en fantasmas, en extraterrestres, en dioses, en la telepatía, en el viaje astral, en…
Cuanto mayor es la ignorancia, más espacio libre para la creencia.
Saluts.
He invertido mi tiempo leyendo un articulo donde exponen el mencionado conocimiento de los Dogon y otro buen rato en leer este articulo y sus comentarios, me parece impresionante el hecho de que los Dogon tuvieran ese saber pero me olia a mito lo de los visitantes, a mi criterio podria ser posible que supiesen de el sistema Sirio, ya que muchas cibilizaciones antiguas nos asombran con su desarrollo de las matemáticas y astronomia, como los Incas o los Egipcios, pero es conocida la tendencia de explicar con magia o fabulas lo que se nos escapa a nuestro entender.
Las refutaciones a la teoria de la visita extraterrestre, me paresen correctas basandose en el analisis de la metodología de trabajo de Marcel Griaule, (no se puede considerar cultura de un pueblo el decir de una única persona, peor aún si ese conocimiento no puede verse reflejado en una investigación de las mismas caracteristicas), lo cual se agrava, si es como dicen en el articulo, es costumbre de este pueblo contestar lo que se quiere oir.
Por lo expuesto no considero seria la investigación de Marcel Griaule, como base para sacar conclusiones y aún menos para elaborar teorías, uno puede contaminar su propia investigación, a traves de los métodos empleados, incluso sin darnos cuenta.
Que tengan una buena caseria de ovni’s, sinseramente espero que los encuentren, pero pongan ojo en el método de recabar evidencias, o caeran en este apartado de lo dudoso.
Mis saludos, Gustavo Molina
NOTA DEL BLOGMASTER:
Gustavo, te felicito por tu comedido y acertado comentario. Estoy de acuerdo con lo que dices ya que las pruebas o evidencias que no pueden ser corroboradas por terceros en las mismas circunstancias carecen de valor.
Marcel Griaule elaboró una teoría de la nada y otros (Temple) se lucran aprovechándose de la ingente cantidad de gente que prefiere las explicaciones maravillosas a los trabajos serios. Pero la verdad sólo tiene un camino, y éste es el de la metodología científica, justo la que ha derribado el mito de los dogon.
Gracias por comentar.
Saludos.
Anaxícrates, pero por supuesto que tenemos evidencia de todos esos artefactos: «computadoras egipcias, ruedas mayas, antibióticos sumerios, botellas de plástico de los elamitas (Dicen elam-cola en la etiqueta), aparatos tomográficos de los asirios, y aviones de los cretenses»
Lo que pasa es que no tienes la capacidad cerebral de Iker o Maussan e incluso de pablo para poder verlas, como son invisibles ante los ojos de los escépticos… por eso no las podemos ver.
Siesp, ya tengo mi título de médico homeópata… ¿crees que podamos conseguir uno de «himbestigador»? ya veo que no necesito grandes conocimientos en física 🙂
Saludos ufologos
NOTA DEL BLOGMASTER:
Es muy bueno tu comentario, jejeje. No vemos las cosas porque, al ser escépticos, carecemos de la posibilidad de ver lo invisible 😛 😛
El título de «hinbestigador» te lo concedo en este acto, por la autoridad que me ha sido designada por mí mismo, yo te nombro «hinbestigador». Hala, coge una grabadora y vete a un pueblo a hablar con el más ignorante del pueblo o a grabar ruidos en un edificio abandonado. Eso es ser «hinbestigador», jajaja.
Un abrazo, amigo.
Yo creo que hay que reconocer que es más que evidente que las civilizaciones prediluvianas tenían conocimientos realmente avanzadísimos en relacion a la civilización actual.
Si si, claro. Si estamos hartos de los arqueólogos que encuentran computadoras egipcias, ruedas mayas, antibióticos sumerios, botellas de plástico de los elamitas (Dicen elam-cola en la etiqueta), aparatos tomográficos de los asirios, y aviones de los cretenses.
«En todo caso el Génesis bíblico (que ha sido escrito tomando relatos acadios, sumerios, egipcios y transformados a su gusto) tamben nos cuenta que un dios extraterrestre tomó el barro y creó al hombre y luego a la mujer»
Esta es una de las tres versiones, lo que nos demuestra que los mitos invariablemente fallan.
“la Tierra no tenía lenguaje y el Nommo la vistió, ese lenguaje llegó en fibras espiraladas, conteniendo la palabra fundante y que esa palabra viajaba en espiral en agua.” Para mí no hay dudas que se trata de una imagen muy similar a lo que es la estructura del ADN que contiene un código genético en forma espiralada»
Tambien puede ser la imagen de una serpentina, de una cáscara de naranja secándose al sol o de un sacacorcho.
Voy a hacer unas preguntas ¿Qué corno es el lenguaje cósmico y por qué llegó a la Tierra?
NOTA DEL BLOGMASTER:
Jajaja. Qué buen comentario el tuyo 😛 Antes de leerte ya le había escrito a nuestro anterior amigo en términos parecidos a estos. Pero lógicamente tu ironía y sapiencia son superiores o, al menos, no estás como yo estoy: toreando con toda clase de comentaristas, unos con los que disfruto (afortunadamente la mayoría de vosostros), y otros que nos hacen disfrutar jejejeje.
No hace falta que te hagas preguntas de las que ya conoces la respuesta. De todos modos tu interlocutor aludido no pienso que pueda entenderlo.
Un abrazo, amigo.
En mi reciente posteo:
Fe de erratas
Digo » Van Beek» en luga de Van Deek, sepan disculpar
Gracias….
NOTA DEL BLOGMASTER:
No hay problema. Se entendía todo.
Saludos.
En lo personal considero que el Sr Marcel Griaule asi como Germaine Dieterlen y la hija de Griaule, Geneviève, no se dedicaron a hacer chantería ni ufología en su época. Esto vino mucho tiempo después. Lo que a mí me sorprende es que si bien por un lado hay gente que quiere ver ovnis hoy mismo, del lado opuesto y casi caprichosamente hay personas obstinadas en buscar cualquier detalle para decir que no es verdad lo que tal investigador dijo y por ende que se miente…etc…Para ser más claro, respecto de la refutación de los amplios trabajos de Griaule y su equipo que hicieron Carl Sagan y Van Beek de la supuesta contaminación cultural, sin buscar realmente fuentes para desestimar los trabajos de Griaule, parece en realidad Sagan y Van Deek, entre otros, se irritan o les provoca mucho que hubieran existido civilizaciones que conocieran cosas que hoy descubren en occidente. Es tan absurdo y limitada esa forma de pensar, que me sorprende. Es como que algunos «científicos» no pueden creer que haya habido seres que sabían más que lo que la ciencia conoce hoy. El apasionante libro de Griaule «Le Renard Pâle» no gira en torno a Sirio ni mucho menos a supuestos extraterrestres, sino a un sistema espiralado de la llegada del lenguaje cósmico a la Tierra. Es tan clara la definición que hace Ogotemmeli en «Dios de Agua» cuando expresa que «la Tierra no tenía lenguaje y el Nommo la vistió, ese lenguaje llegó en fibras espiraladas, conteniendo la palabra fundante y que esa palabra viajaba en espiral en agua.» Para mí no hay dudas que se trata de una imagen muy similar a lo que es la estructura del ADN que contiene un código genético en forma espiralada. En la revista Science (que siempre tiene que informar a la gente que lo que antes decian que era la ultima palabra ahora no lo es, respecto de cuestiones «científicas») informó que el ADN no está en el planeta desde la existencia del mismo apareció mucho tiempo despues. Tambien está probado que el agua en la Tierra tiene apenas 300 millones de años contra los 4500 de la historia del planeta. Creo que criticar a Griaule se transformó en una moda de algunos personajes y me da la sensacion que lo que buscan es aparecer en los medios de comunicación.
Griaule y su equipo dedicaron su vida a l estudio de tradiciones del africa subsahariana, hay decenas de libros escritos por ellos y no a hablar de OVNIS. Ninguno de los que critican a Griaule han escrito libros sobre los Dogon ni estuvieron conviviendo mucho tiempo. Van Deek escribió un artículo al respecto unicamente. El programa de tv planeta encantado es una lamentable imagen para el etnólogo Marcel Griaule, pero sabemos que en la actualidad vender tonterías es lo que está de moda.
En todo caso el Génesis bíblico (que ha sido escrito tomando relatos acadios, sumerios, egipcios y transformados a su gusto) tamben nos cuenta que un dios extraterrestre tomó el barro y creó al hombre y luego a la mujer. Este dios no era terrestre, sino que venía de otros mundos. Por lo tanto nada tendría que sorprender que otros tambien consideren en sus mitos que su dios, Amma, en caso de los Dogon, sea extraterrestre. Pero al decir extraterrestre no imagino a los ET de Spielberg sino mas bien a códigos y partículas cósmicas que van formando los universos. Amma, dicho se de paso, tiene un singular parecido a Amen o Amon egipcio que luego los cristianos romanos transformaron en «asi sea» tal como se informa en el texto «A book of the beginning» de Gerald Massey y en todas las misas al finalizar dicen Amen, pero en verdad están saludando al dios creador del mundo de acuerdo a la cosmogonía egipcia, que es Amon/Amen. Y tambien Amma, Amén/Amón, es similar al Aum (Om) hindú.
Yo creo que hay que reconocer que es más que evidente que las civilizaciones prediluvianas tenían conocimientos realmente avanzadísimos en relacion a la civilización actual. ¿Cuál sería el inconveniente? Si es obvio que esas pirámides no pudieron ser construidas con miles de esclavos, había otros sistemas, terrestres, de las civilizaciones antiguas, aún desconocidos para nosotros. Con tanta invasion de pueblos, se fueron destruyendo las evidencias.
Realmente me sorprende la obstinacion de personajes como Van Deek y Sagan contra la obra de unos apasionados de la etnología como Griaule y su equipo. Es fácil pegarles a ellos, en cambio no lo harían con el dios extraterrestre descripto en el Génesis, ese no se toca.
Parece que para muchos nadie puede haber desarrollado conocimientos más sorprendentes que nuestra actual sociedad.
Un poco de humildad señores Sagan y Van Deek, por favor.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Griaule escribió sobre antropología, y fue años después Robert Temple quien montó toda una historia para vender libros, a la vista del éxito de ventas que tuvo Berlitz con el suyo sobre las Bermudas.
Sagan pone el razonamiento y Van Beek las pruebas. Pero como sus evidencias no te gustan, realizas todo un comentario exaltando las virtudes de las miles de civilizaciones muy superiores a nosotros que existienron antes del diluvio. ¡Y yo que me quejaba de que los vendemisterios infravaloraban al hombre antiguo! porque cualquier construcción suya se la adjudicaban a los extraterrestres. Ahora vienes tú, y resulta que hubo civilizaciones antiguas con ordenadores (de los que no hay rastro), con naves espaciales (de las que no hay rastro), con «conocimientos» especiales (Sirio C es una farsa de esas), etc. Hasta nosotros han llegado los rastros de civilizaciones atrasadísimas, de la Edad de Piedra, pero qué pena no haber encontrado aunque sea fosilizada una pantalla LED de 42 pulgadas.
La Ciencia no lo sabe todo, pero cuando no se sabe nada de Ciencia… pasa lo que pasa.
Por supuesto, se agradece tu extenso comentario aunque discrepe profundamente. Saludos.
Javier X aun no sabe como se hicieron las pirámides y esfinges egipcias y el hombre desciende del mono???WHAT?’¡¡¡. Pero hay mucha información sobre la construcción de las pirámides hasta tienes jeroglíficos, ahora si tu no te tomaste la molestia de buscar info sobre la construcción eso ya es otra cosa. Pero por suerte llegaste al lugar indicado y acá se te instruirá y se te dará herramientas para que te des una idea y totalmente gratis¡¡¡ No te parece fabuloso¡¡ nunca es tarde para aprender. Mas tarde que venga el blog master te facilitara estudios bien detallados y varios documentales y hasta incluso libros yo te puedo facilitar un libro muy bueno se llama EL GEN EGOISTA esta semana lo pondré en este blog junto con EL CEREBRO DE BROCA para que despejes muchas dudas. Aunque te voy a ser sincero en lo personal no tengo todas las respuestas pero las pocas que tengo son de buena calidad y no de chiflados. Ahora bien si después de todaaa la info que te podemos proporcionar sigues creyendo en marcianitos verdes creo que poco o nada podemos hacer, después de todo puedes vivir toda tu vida con una venda en los ojos. Allá tu elije¡¡¡ No seamos muy duros con Javier X el muchacho no sabe y no tiene nada de malo paciencia. Salu2
Hola, no me parece rotundo como para decir que no es verdadero que unos seres extraterrestres hayan visitado a los Dogon. El articulo solo pone unos pequeños mantos de duda, pero solo pequeños, la teoría de Carl Sagan al leerla al comienzo parecía coherente pero se desvanece el sentido de lo que va diciendo a medida que pasa la lectura y no se entiende bien el ejemplo del como. De todas formas eso no concuerda con que hasta ese momento todos creían que Sirio era un sistema binario por lo que eso pone en jaque todo lo dicho por los no creyentes o escepticos. Que supuestamente le hayan pifiado el tiempo del período orbital no es tampoco contundente ya que a lo mejor quienes pífian son nada menos que nosotros una «civilización» tecnologicamente pobre, que aun no sabe como se hicieron las piramides y esfinges egipcias, que se la pasó diciendo y enseñando erroneamente en colegios o programas de tv todo este tiempo desde que soy niño, que las civilizaciones antiguas eran barbaras y que construían con mano de obra esclava o como que el hombre deciende del mono y muchos etc mas.
Es porblabe entonces que el hombre «moderno» le pifie nuevamente.
Por otro lado no se toco el tema de que supuestamente los Dogon dicen que los Nommo vinieron en una nave o arca de forma circular y que giraba en torno a si mismo, no se parece mucho a un barco o un avion, podría ser un helicoptero por sus helices pero si vieran uno dirian: «era así, como eso» y no lo dijeron jamas, por lo que no me parece muy rotundo lo expuesto y aparte muy extenso como para afirmar que es mentira el misterio de la venida de otros seres extraterrestres, en este caso a mali. Así es que los escepticos a seguir dudando.
En suma, otra mentira desvelada más, y van … Excelente artículo, lo disfruté mucho. Saludos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
El artículo no es mio, de la misma manera que el Conocimiento no es patrimonio de nadie sino de todos. La ignorancia tiene nombre y apellidos. 🙂
Hola, ¿Quién es el autor o la autora de este artículo? Lo he visto en diferentes páginas, pero en ninguna se cita o se nombra la persona que lo escribió. No es de Carl Sagan, ya que el artículo critica las explicaciones de Sagan y lo nombra en tercera persona.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Gracias por comentar. A este artículo pude llegar a través de esta dirección de internet http://www.geocities.com/jgb64/Sirius3.htm
(Aunque Yahoo creo que ha suprimido las GeoCities y ahora no sale el enlace). Fue un error por mi parte no quedarme con el nombre del titular y me excuso por ello.
Respecto a que el artículo critica las explicaciones de Sagan no es cierto. Al contrario. No se podría entender sin la única explicación razonable. Y en mi blog nunca se dice que él sea el autor. Los análisis que atribuyen a Carl Sagan en este artículo ya los ha realizado en diversas ocasiones Sagan en otros foros, así que lo aparecido aquí es coherente con lo que siempre afirmó. Pero gracias por tus molestias.
Un saludo.
Estimados Señores(as).
Es un artículo sumamente ineresante, que viene a revatir la hipótesis o teoría extraterrestre del conocimiento astrológico suministrado a los Dogón.
Quisiera saber:
a- Podían estos seres mitad humanos y mitad anfibio-reptiles, desplazarse libremente sobre la superficie terrestre, o necesitaban de un medio acuático para vivir, o podían vivir en ambos medios indiferentemente, según cuenta la historia Dogón.
b- Además de los astrológicos, que otros conocimientos, o adelantos tecnológicos relevantes les transmitieron a los Dogón.
c-Se han encontrado metales o instrumentos, que se le hayan atribuido procedencia de otros mundos.
d-Se le han hecho determinaciones de C-14 a las máscaras u a otros objetos que se consideren legado extraterrestre.
e-Se ha dado respuesta al presente artículo, de parte de los defensores de la influencia extraterrestre en los Dogón, si ha sido así, en donde puedo obtener dicha información .
Saludos cordiales
C.Coto.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Gracias por tu extenso comentario. Pero te adelanto que, con la información del artículo, se responden solas las cuestiones que planteas.
Marcel Griaule nunca permitió que la realidad le estropease una buena historia.
Un abrazo.