Francisco de Quevedo y Villegas (1580 – 1645) fue un prolífico poeta y literato con fama de pendenciero. Era una mente lúcida del Siglo de Oro dentro de un imperio que se desmoronaba, por eso se le permitían sus excesos y acidez en la crítica hasta contra la monarquía de la época.
Se cuenta que en cierta ocasión apostó con un amigo a que llamaría “coja” a su majestad la reina delante de todo el mundo (remarcando su defecto físico). Quevedo se presentó en palacio con un ramo de flores, pero una de cada clase. Al agradecimiento de la reina por el detalle, el poeta replicó: “Señora, traigo un ramo que sólo será el anticipo del que os traeré. Desconociendo vuestra flor favorita, «entre el clavel y la rosa, su majestad escoja” 😛
Otra anécdota atribuida al insigne escritor es aquella en la que uno de tantos maridos agraviados se presentó en la casa de Quevedo con un permiso real firmado, por el cual el rey autorizaba a que ese hombre se cagase en la gran alfombra del salón. El poeta pidió leer el permiso real antes de que le ensuciasen la alfombra y, a continuación le dijo al marido agraviado: “No puedo oponerme a la voluntad del rey, pero ved que aquí no dice nada de orinar. De manera que permitiré que cague pero, si echa un mínimo chorro de orina en mi alfombra, llamaré al alguacil para que lo pongan a buen recaudo mientras solicito del juez una indemnización por su acción”. 😛
Sin duda, Francisco de Quevedo, el inspirador de las famosas novelas de El Capitán Alatriste, de Pérez Reverte, era un genio. Pero además de pasar a la posteridad por su vida y obra, quedará siempre en la memoria por haber escrito el mejor soneto en lengua castellana de la Historia (amor más allá de la muerte):
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte en la ribera,
Dejará la memoria en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejarán no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
No os perdáis: El juicio a Einstein, Relatos de Anticipación, La prueba de la rana, Quién vive, quién muere y por qué y José Saramago vence al odio de la secta católica.
Me gustaría, si alguien lo sabe, me dijese,una escena en la que uno de nuestros reyes al que atan un zapato, el que lo está atando le responde al rey, algo sobre herraduras, y hierros, el atador está en una postura comprometida. No recuerdo nada más.
NOTA DE SIESP:
Yo también tengo curiosidad. A ver si algún amigo puede ilustrarnos.
Hace muchísimos años leí algo y transcurrido todo eso nunca volví a encontrar y es el poema «A una costilla de cerdo», Reduerdo el principio y agradecería si alguien me indica dónde encontrarla completa: «Tú que fuiste hasta ayer puerco altanero y hoy yaces por costilla en este plato, dime, que fue del lujo y del boato que gozabas antaño en el chiquero, berreando coles tengo, coles quiero, que destino trocaron los marranos compañeros de alegres chapoteos….. y hasta allí mi memoria. Gracias.
Modernizaste el poema, y al hacerlo, lo estropeaste. Es «la agua fría» y «medulas», no «el agua fría» y «médulas».
NOTA DE SIESP:
Hay que ser un verdadero imbécil para entrar a este blog a escribir la gilipollez que has escrito.
Anda, vete al cine.
Pues mi compañero de piso estaba escuchando «La Cruz de Santiago» (Mägo de Oz), canción inspirada en los Alatristes donde la primera parte trata sobre Alatriste y la segunda de Quevedo (opinión personal) y como una cosa lleva a la otra… me acordé que mi profesora nos contó la anécdota de «la reina coja», busqué para recordarla mejor y aquí estoy, a las 4:15 de la madrugada XD
«Érase un hombre a una nariz pegado…» –> Lo que nos reímos al memorizarla, oiga XD
Dejo el enlace de la canción: http://www.youtube.com/watch?v=xJ-KjcU8jPY
Es incorrecta la tilde en médulas. No era palabra esdrújula en la época escribiéndose «medulas» y pronunciándose [medúlas]
NOTA DEL BLOGMASTER:
No dispongo ahora mismo de los datos para contradecir tu afirmación, pero estoy seguro que el mismísimo Quevedo utilizó médulas (esdrújula, con tilde o sin tilde), porque sólo así se puede admirar la musicalidad el terceto donde se incluye: Alma y venas son tónicas y comienzan sus versos con un golpe de acento, lo cual obliga forzosamente a que médulas lleve acento en la E.
Saludos.
verdaderamente, me siento muy pequeño con tanta tecnología y tan poco ingenio.
son las 4 horas y veintidós minutos de la madrugada, y me pasa el tiempo volando leyendo a éstos intelectuales….. buenas noches
NOTA DEL BLOGMASTER:
Suelen ser sentimientos que se sufren pero rápidamente pueden pasar a la inversa. Basta con intentar al día siguiente asimilar lo que uno pretende aprender.
Gracias por comentar.
Saluts.
Esta mañana escuchando el clavecín (creo que era Scarlatti) y leyendo las anécdotas y picarescas de Mafalda, me he animado a pintar este “mini-cuadrillo” con palabras, lleno de reminiscencias barrocas, con algo de historia y un poco de arte….
Hoy la imaginación vuela y por un momento mi espíritu ronda la corte de Felipe IV, en un aposento observo a Velázquez porfiando con su lienzo y pincel, cumple su labor retratística e intenta pintar la pareja real; en un instante todo se ilumina con la entrada de la infanta Margarita de Austria al lado de sus nanas y mascotas, llamando la atención del pintor con su mohínos graciosos e inquietos, sabe que sus nuevos rizos dorados y su anchurosa falda forrada de armiño son ahora el centro de las miradas reales… Esta instantánea pudo detonar la inspiración del pintor de la corte para iniciar una de las más grandes y fastuosas obras universales …. caramba que pintura más inspiradora, siempre la alabo !!
En el recinto contiguo (un par de años antes jejeje), el Conde Duque de Olivares dando instrucciones a Quevedo, ahora como secretario del rey y en la cumbre de su carrera cortesana, compartiendo lisonjas y despachándose en ironías y sarcasmos contra la mismísima reina, ambos planean misiones secretas y ambiciosas contra Cataluña y los reinos de Nápoles, lo que les costará finalmente sus carreras….
A propósito, Góngora proceloso y refinado en su estilo, aunque marginado de la corte por el valido, encontró un lugar propio en la literatura española, no hay que desconocerlo; Quevedo, más existencial y por ello más religioso, hacía del ingenio su arma letal.
PD: Uno de mis mayores anhelos (antes de pasar a lo otra vida) es visitar el Prado y admirar la fantástica obra de Velázquez… 😛
NOTA DEL BLOGMASTER:
Después del uso de la fuerza que dio el descubrir nuevos continentes se produjo el inicio del declive del imperio español. Cuando la sociedad se está resquebrajando surge el ingenio. Es por eso que los intelectuales de entonces no podían permanecer ajenos a lo que pasaba a su alrededor. Quevedo y Góngora protagonizaron bellos duelos dialécticos (y algo más). El primer ministro del rey trabajaba para su beneficio y cuando el oro de America se agotó, la clave del Poder consistía en una buena colocación en la escala donde todo se dirige.
El único recurso para sobrevivir era el ingenio. Obras literarias, picaresca, obras de arte, etc, fueron el resultado de esos tiempos. Un amigo mío dice que si pudiera viajar en el tiempo viajaría a esa época, pero yo le recuerdo que también existía la inquisición 😛 😛
Un abrazo, Baldomero.
Otras anécdotas de Quevedo:
El rey también conocía el ingenio de Quevedo, ya que en una ocasión Felipe IV le pidió que improvisara unos versos. Quevedo le dijo que le diese pie, refiriéndose a que le diera un comienzo. Pero el rey no lo entendió y le dio su pie, en ese momento Quevedo dijo:
En esta postura
dais a entender, señor,
que yo soy el herrador
y vos la cabalgura
En la época que le tocó vivir, era común la costumbre de orinar en la propia calle. Recordemos que estamos en el Madrid del Siglo XVII, en donde la gente arrojaba por la ventana el contenido de orinales, vacías y demás vasijas al grito de “¡Agua va!”. Esta falta de higiene en la urbe provocaba un insoportable hedor en la ciudad. Para evitar orinar en cualquier lugar, se colocaron crucifijos en aquellos rincones propicios al desahogo. Junto a la cruz, una inscripción rezaba: “Donde hay una cruz no se orina”. De este modo se pretendía disuadir al viandante de hacer aguas junto al sagrado símbolo y, por ende, en la vía pública. Cierto día, Quevedo buscó un rincón para sus necesidades y encontró la cruz con su leyenda. Nuestro autor añadió al cartel el texto….. «y donde se orina no se ponen cruces”.
En varias ocasiones Quevedo reprocha a Góngora su escasa virilidad:
Yo te untaré mis obras con tocino,
porque no me las muerdas, Gongorilla
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino
«Perro» era también mote insultante que los cristianos solían aplicar a los moros y judíos.
«Adoba» sus escritos con carne y grasa de cerdo, alimento prohibido a los judíos.
Quevedo, piensa que de esta manera, Góngora dejará de meterse con él.
Traducir un hombre al rey
de francés en castellano,
mandándolo por su mano,
es justo, y por justa ley;
mas no a la plebeya grey
ni al rey por
dinero ruego,
como tú pariente ciego,
y no hagas desto donaire;
que mi culpa es cosa de aire,
pero la tuya, de fuego.
En la palabra, fuego, está la clave. Quevedo se refiere a los antecedentes conversos de Góngora, al mismo tiempo que le acusa de afeminado. Estas dos circustancias, en esa época se castigaban con el fuego.
Poeta de bujarrones
y sirena de rabos
pues son de ojos de culo
todas tus obras o rasgos.
No hay motivos para creer que Góngora tuviera inclinaciones homosexuales, pero tampoco para lo contrario. No sabemos si era una apreciación de Quevedo o realmente sabía algo.
Un fenómeno, Quevedo!!!
Besossssssss
NOTA DEL BLOGMASTER:
Al final, Quevedo «conectaba» mejor con el pueblo que cualquier otro. El egregio Góngora forzosamente debía envidiar el ingenio y arte mordaz de su competidor. Despreciar al genio del pueblo significaba también despreciar al propio pueblo; será por eso que Góngora tenía más éxito entre los meapilas. 😛
Las anécdotas que cuentas del Sr Villegas son la demostración de lo dicho y nos hacen reverdecer nuestros tiempos de bachilleres y nuestras propias raíces. Fíjate que en aquella época en que el imperio español por el mundo se desmoronaba, con reyes más preocupados por sus vicios y por las almas del pueblo en lugar del bienestar social, sucede justo lo mismo que hoy en día: Mientras el saqueo de las arcass públicas llena los bolsillos de los miembros del partido podrido, el pueblo empobrece. Y, como entonces, el pueblo sigue aborregado, anestesiado… Los Quevedo de entonces son los Wyoming de hoy, o El Jueves de hoy,… Y los gobernantes corruptos de entonces son los mismo que hoy. Tanto nadar por la noche, y amanecemos ahogados en la orilla 😛 😛
Un abrazo.
El problema de los sonetos de Neruda, es que no riman. Y un soneto sin rimas… me sabe a verso libre.
De todas formas, no sé si sea el mejor, pero muy bueno el soneto de Quevedo. Me gusta mucho también ese de Lope de Vega, ese Desmayarse…
No me sabía la anécdota de la reina. Mejor hubiese sido que le dijera: «Si se le cae la flor, permítame que la re-coja» (triple sentido).
Un abrazo.
NOTA DEL BLOGMASTER:
La evolución de la poesía ha dejado las rimas algo así como anticuadas. Pero la maravilla de este soneto de Quevedo (más allá de su contenido semántico) es su MUSICALIDAD. Es perfecto. 😛
Lo de «re-coja» hubiera estado bien, jeje, pero tampoco era plan de arriesgarse a ser encerrado en una mazmorra. Quevero era atrevido, pero no tonto 😛
Un abrazo, amigo.
Hace unos dias comentaba en casa mi preferencia ,por asi decirlo,por Quevedo.,y se que radica en eso ,mas que nada, en su personalidad,como vivio una epoca de por si , dificil…y quizas ,no se, porque muchas cosas de su manera de ser encajan conmigo y esta manera «media loca» con la que acostumbro andar la vida.
En la pelcula El Capitan Ala triste,no se hace honor a la presencia de Quevedo,como merece;no he podido leer el libro.
Amor constante mas alla de la muerte , no lo veia desde bachiller…,Maravilloso!..,mucho mas para los que estan acostumbrados a sus satiras y burlas..,jeje.
Merecido Homenaje!!
NOTA DEL BLOGMASTER:
Es que de vez en cuando me gusta recordar personajes que han significado algo para la humanidad. Quevedo dejó un legado literario valioso y una manera de ser a imitar.
Somos unos «quevedos» en potencia. Hace falta desarrollarla 😛
Un abrazo.
Uno de los pocos poetas que respeto y admiro. Sin embargo, también Góngora tiene su valía. Aclaro que no intento comenzar un conflicto literario entre conceptistas y culteranos. Gracias y saludos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Lo sé. No hay ningún conflicto en reconocer a Góngora su valor literario. A lo que yo me refería era a su manera de ser, a su personalidad. Quevedo era el «moderno», y Góngora era el religioso ultraortodoxo 😛
En cuanto a las corrientes conceptista y culterana, ambas tienen su propio valor.
Gracias a ti por comentar y saludos.
Tuve mucha suerte de contar con grandes profesores en la escuela, una de ellas me conto dicha anécdota, gracias Siesp por recordar tan memorable personaje, hay que aprender de él
Saludos
NOTA DEL BLOGMASTER:
Lo cierto es que, en una época muy mala políticamente hablando, da gusto saber que no todo estaba perdido. Había gente como Quevedo para contrarrestar al los «Góngora» de la época 😛
Un abrazo.
Uno de los pocos de cuya memoria no tenemos que avergonzarnos.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Por eso este post en su memoria. 😛
Me tomaré un vino a su salud y le echaré de nuevo un vistazo a «La vida del Buscón»
Saluts.
«Entre el clavel y la rosa, su majestat escoja»
NOTA DEL BLOGMASTER:
Efectivamente así era la frase (no la recordaba y yo escribía de memoria) 😛
Gracias por el apunte.
Saludos.
PD.- En tu nombre acabo de rectificar la frase adecuadamente. Repito, gracias.
Jejeje vaya que era un genio
NOTA DEL BLOGMASTER:
Fue un hombre «fuera de época», azote del poder establecido. Verdaderamente, un genio.
Saluts.