Los ciudadanos tenemos derecho a una información “veraz”. Evidentemente, errores los cometemos todos. Pero los “divulgadores de lo paranormal” no tienen escrúpulos si, después de ser “cazados” en un “renuncio” de amplio calado, no presentan la dimisión de sus labores. Yo no digo que deban irse a su casa por un error, lo que sucede es que cuando esos errores se convierten en una cadena, o se van, o debemos echarlos a gorrazos. Y es que, además, esta gente es soberbia, y como afirmaba el filósofo Mario Bunguer “una de las características de las pseudociencias es que rechazan frontalmente la crítica, no rebaten racionalmente las tesis científicas sino que recurren a argumentos ad hominem, atacando al mensajero y no el mensaje, probablemente porque tampoco estarían capacitadas para hacerlo” (ya mencionado en el post anterior).
Fíjense en lo que le sucedió a Iker Jiménez en su programa Cuarto Milenio allá por la primavera de 2006. Obsesionados como están los “inbestigadores” de lo paranormal por las conspiraciones, se tragan lo primero que cae en sus manos, sin el más mínimo rigor de confrontación y confirmación. La historia comienza cuando Iker le dedica su programa a la “conspiración soviética” para ocultar un fracaso en una presunta misión espacial. ¡Hay que ver la de fracasos que ha habido en este campo!, pero en esta ocasión, un astronauta, Ivan Istochnikov, “exterminado” de la historia por las autoridades de la extinta URSS, significó que el mundo de las pseudociencas quedara con el culo al aire y fuera el hazmerreír de toda la profesión periodística. ¡Pobre cosmonauta! ¡Muerto por la causa y nosotros –Cuarto Milenio- lo desvelamos a la luz pública! Verdaderamente, de vergüenza. Los crédulos paranormanólogos se enfadan por el montaje del autor de esta falsa historia y consecuente ridículo del señor Jiménez, pero ninguno de ellos se enfada por el montaje de JJ Benítez con su “mirlo rojo” o mintiendo cuando afirma que Jesús paseó por el Coliseo romano, un coliseo que se construyó 50 años después de que Jesús (si es que existió) muriera. Llego a pensar que esta gente está fuera de la realidad. A lo mejor “inbestigan” más allá de la realidad para buscar su propia ubicación en este universo.
Pero no hay problemas. La vida sigue, y si la cara es de cemento resulta muy difícil de partir. Así que, despotriquemos contra los escépticos, “verdaderos culpables del ridículo de Iker Jiménez”, porque Cuarto Milenio y sus seguidores siguen siendo igual. Es decir, se tragan cualquier cosa que diga el “sherif”.
Yo apelo a los lectores de este blog para que lean la historia completa en http://blogs.elcorreodigital.com/magonia/2006/6/13/el-cosmonauta-fantasma
Me apuesto un céntimo a que los creyentes de la paranormalogía se enfadarán por oír las verdades del barquero. Pasa siempre. ¡Pero Nunca, Jamás, son críticos con quienes les meten día tras día la zanahoria por el amplio agujero de sus tragaderas!
Desconocia, este hecho pero veo que hay un señor que quiere ver fantasmas donde no parece haberlos. Y que deberia dedicarse a sacarse el titulo de detective. pues hay señores que alimenta historias para engordar el bolsillo. Fernando