No se puede negar que estos días se vive en España una verdadera tormenta provocada por la ineptitud de demasiados vividores de la política. Cataluña está literalmente “ardiendo” por culpa de dos exacerbados nacionalismos que chocan frontalmente: el español y el catalán. Y ya sabéis lo que este humilde bloguero opina sobre los nacionalismos en el siglo XXI.
Como la política a nivel de ciudadano normal suele estar basada en los sentimientos, ahora no voy a profundizar en el tema de “referéndum sí o referéndum no”. Cada uno tiene sus sentimientos, demasiadas veces sujetos a las pasiones, y muy pocas veces ligados a la razón. Pero hoy me veo en la obligación de reprochar a ciertos prebostes (tipo Guardiola por ejemplo) que el “Derecho a decidir” NO se puede invocar para alcanzar un legítimo objetivo político

¿Por qué no proponemos que la gente se exprese sobre reinstaurar la esclavitud?
¿Y sabéis por qué no se puede invocar? Pues muy fácil: “El Derecho a decidir” sólo se debe invocar para cuestiones personales y nunca para temas sociales. (Ejemplo: a nivel personal, una mujer debe tener derecho a decidir sobre su cuerpo). Sin embargo, una determinada sociedad no puede exigir ese derecho por el hecho de “tener ganas” de votar:
Si abrimos esa espita, mañana los partidos ultra-nazi-onalistas (alemanes, franceses, etc) podrían exigir ese “Derecho a decidir” con la misma contundencia que hoy lo hacen los nacionalistas catalanes, para que la sociedad “se exprese” si quiere recuperar la esclavitud, o si quiere retornar a la época de la “inferioridad de la mujer”, o ya puestos, si deberíamos ejecutar a los que no piensen como nosotros.
No señores, no. Tenemos muchos derechos, entre ellos el de decidir nuestro particular futuro, pero NO podemos invocar ese derecho para una causa independentista. Ésta, se puede conseguir “tranquilamente” por otra vía, y nunca por la de la confrontación o fractura social, que es lo que le viene muy bien a partidos tan irresponsables como los nacionalistas (catalanes, y el español PP), los cuales han conseguido que la población desayune, almuerce y cene con “Cataluña”, mientras la sociedad civil sigue perdiendo, no el derecho a decidir, sino calidad laboral, calidad educativa, calidad sanitaria, poder adquisitivo…
Merece la pena leer: La perpetua agonía. Canto antinacionalista, El caso Gerard Piqué y, sobre todo, El mundo al revés o El PP nos mata lentamente.