Un análisis de 500 sitios ‘on line’ de colectivos antivacunas revela que más de dos tercios usan falsas evidencias científicas para convencer de que las vacunas son peligrosas. Estas páginas también promueven comportamientos considerados «positivos», como la alimentación saludable y la lactancia materna, mezclados con “una considerable cantidad de desinformación y pseudociencia”.
El pasado verano, murió a consecuencia de la difteria un niño de seis años, vecino de Olot (Gerona), al que sus padres habían decidido no vacunar. Este hecho, además de provocar la pérdida de una vida, trajo a España una enfermedad que llevaba erradicada desde hace casi tres décadas gracias, precisamente, a las campañas de vacunación.
Ahora, un estudio, liderado por la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg de Baltimore, ha analizado las estrategias que siguen cerca de 500 sitios web de colectivos antivacunas para propagar sus ideas.
El trabajo ha constatado que más de dos tercios de estas webs hacen referencias a terminología científica para apoyar la idea de que las vacunas son peligrosas. Además, casi un tercio de las webs contienen anécdotas que refuerzan esta percepción.
Los sitios analizados contienen “una considerable cantidad de desinformación y pseudociencia”, dice el estudio. Más de dos tercios indican que las vacunas son peligrosas y la misma cantidad aseguran que causan autismo. Además, cuatro de cada diez de las webs dicen que las vacunas causan daño cerebral y el 66% utiliza alusiones a evidencias científicas que en realidad no lo son, mientras que tres de cada diez recurre a anécdotas para apoyar estas afirmaciones.
Comportamientos ‘positivos’.- Las webs antivacunas también promueven comportamientos considerados «positivos», entre ellos la alimentación saludable (18,5%), la ingesta de comida orgánica (5,2%) y la lactancia materna (5,5%), asegura el trabajo.
Según Meghan Moran, autora principal del estudio –que se presenta hoy en el encuentro anual de la Asociación Americana de Salud Pública de Chicago–, “la lección que hemos aprendido tras analizar estas webs es que tenemos que comunicar a los padres que dudan sobre la necesidad de vacunar a sus hijos de una forma más cercana y que aclare sus preocupaciones”.
Para su estudio, los investigadores analizaron los sitios con contenido acerca de las vacunas infantiles. Utilizaron los buscadores Google, Bing, Yahoo y Ask Jeeves con términos como «peligros de la inmunización», «peligro vacuna» y también buscaron tendencias de Google. Tras la eliminación de duplicados, obtuvieron una mezcla de sitios web personales, blogs, páginas de Facebook y sitios web de salud.
En el análisis, se codificó el contenido de la desinformación sobre vacunas, la fuente de esa información errónea y el tipo de tácticas de persuasión utilizadas. También se registraron las conductas y valores promovidos por estos sitios web para ver si algunas de estas estrategias podrían ser usadas con un objetivo inverso: el de promover la vacunación. (Fuente: SINC).
Obligatorio leer: Vacunas y antivacunas, Los anti-vacunas se llenan de ‘mierda’, Hay que depurar la Medicina, Pseudociencia en Oncología, La Expedición Filantrópica de la Vacuna, La Psicología científica y las pseudopsicologías, ¿La Ciencia es prepotente? y La pseudociencia ¡¡mata!!
Agotado es que no se habla más del asunto. ¿Lo he entendido bien?
NOTA DE SIESP:
Algo parecido. Pero lo que hay que entender bien es que cuando la relación de comentarios por unidad de tiempo es mayor o igual que 1 entonces se corre el riesgo de entrar en la categoría de troll. 😀
Saludos.
Ante todo quiero dejar claro que no soy un ‘antivacunas’.
Me sorprende que sea tomado como casi un axioma la honestidad de los ensayos y conclusiones que realizan las empresas farmacéuticas. Hay mucho dinero en juego.
Y me sorprende porque ese es uno de los argumentos para justificar el tratamiento de curandero o charlatán a cualquiera que diga algo diferente de lo que la medicina oficial prescribe. Se afirma que engañan para lucrarse con la ignorancia de sus víctima. Contrariamente, se descarta absolutamente esa intención para las empresas farmacéuticas.
¿Qué es lo que no veo que os proporciona esa seguridad?
NOTA DE SIESP:
A ver, tenemos que insistir en que los laboratorios farmacéuticos son empresas que, además de realizar medicamentos también necesitan ganar dinero para seguir financiando nuevos descubrimientos. Hasta ahí todo bien. Y lo que los diferencia del resto de charlatanes es la METODOLOGÍA: un laboratorio sabe que H2SO4 es un ácido que produce ciertas reacciones porque lo estudia con el Método Científico. ¿Con qué método se ha llegado a la conclusión de curar un cáncer hepático con una sopa de rabos de lagartija? 😛
Nuestra seguridad la proporciona lo que Ricardo te menciona más abajo.
Saludos.
Los resultados, antondbcn. Las vacunas han acabado con enfermedades como la viruela y lo están haciendo con otras como las paperas, la varicela, el tétanos, la rubeola, la poliomielitis, el sarampión, la rabia, el tifus, la peste, la difteria, la tos ferina y un largo etcétera.
NOTA DE SIESP:
A mí particularmente me da un poco de repelús cuando alguien utiliza los términos «medicina oficial» o «ciencia oficial». ¿Sabrán ellos mismos lo que esto implica? Evidentemente, no.
Un abrazo.
A mi también me jode cuando alguien habla de la ciencia oficial. Si viven en Europa llámame ingenuo pero tengo la idea de las sociedades europeas bastante avanzadas cuando se tiene un numero de seguro social cuando se atienden en enormes instalaciones medicas esterilizadas a que viene el chamanismo .?
NOTA DE SIESP:
Imagino que el chamanismo tiene su «sentido» en las comunidades aisladas y atrasadas en ciertas partes del mundo, pero no lo tiene en una sociedad moderna. Es tan simple como eso 😛
Un abrazo.
Gracias por la respuesta. Suena bien como prueba de la honestidad que tengan resultados.
NOTA DE SIESP:
Ganar dinero trabajando en medicamentos que beneficien a la Humanidad no es malo. Hacer «negocio» es otra cuestión que ya no depende de las farmacéuticas sino de las políticas de los gobiernos.
Saludos.
No he tardado mucho en esbozar este plan: Si gano dinero con los medicamentos, procuraré que estes enfermo. Enfermo pero no incapacitado porque has de seguir ganado dinero para comprar mis medicinas.
Para poder enfermar de este modo a una gran población he de poder actuar sobre ellos. ¿A través del agua potable?¿De la vacunaciòn obligatoria?¿De la comida?
A favor de utilizar el método de la vacuna está que… las vendo yo mismo y controlo perfectamente el grado y el tipo de enfermedad que quiero establecer. Por supuesto que esa vacuna ha de cumplir con el objetivo manifiesto, el de prevenir las enfermedades que has mencionado.
Supongo que no creéis que haya nadie tan depravado como para plantearse siquiera poner esto en marcha, ¿no?
Sin hacer esa suposición, ya no está tan claro que los resultados sean una prueba de honestidad.
NOTA DE SIESP:
No, no, no y no. Te recomiendo que no sigas por esa vía. Porque tu planteamiento inicial es erróneo. Y te equivocas cuando asumes eso de «procuraré que estés enfermo». Eso es un mito. Evidentemente, sinvergüenzas los hay en todos lados (y es posible que el padre de algún empresario farmacéutico se encuentre un maletín abandonado con un millón de euros en su habitación porque se lo haya dejado olvidado ahí el fontanero).
Pero no puedes proseguir por esa vía, porque es precisamente la labor no monopolística de los múltiples laboratorios la que hace que tampoco puedas decir «la vendo yo mismo».
Este hilo está agotado. Y los comentaristas habituales del blog ya saben lo que quiero decir cuando digo que el hilo está agotado. Ojalá tú también lo entiendas.
PD.- En tu presentación y primer comentario dijiste que no eras un antivacunas. Menos mal que lo dijiste, por si nos llamábamos a error.
Claro que de vez en cuando las vacunas dan problemas y algún tipo de reacción más o menos grave. ¡Pero son escasísimas!. Llevo muchos años en Atención Primaria, donde tenemos un punto de vacunación infantil, y nunca he visto nada más allá que un enrojecimiento en el lugar de la inoculación o una leve fiebre en los días posteriores. Los efectos secundarios asumibles con las vacunas son los mismos que con cualquier otro medicamento. Por contra, y gracias a ellas, han desaparecido enfermedades como la viruela o la polio.
Y lo de no vacunar a tus hijos porque el resto de niños ya está vacunado me parece de juzgado de guardia.
NOTA DE SIESP:
Yo estoy dispuesto a admitir que un padre al que se le muere un hijo por la reacción a una vacuna pueda (por su «desajuste» psicológico por el impacto) convertirse en militante antivacunas. Pero nada más. Una persona normal, no afectada, es increíble que pueda perder el juicio como para no vacunar a sus hijos. Soy partidario de que el estado «expropie» a esos niños y los conceda en adopción a gente sensata.
Al menos podemos «presumir» en MaD de contar con verdaderos profesionales sensatos como tú.
Gracias y un abrazo.
Supongo que el tercio restante no utiliza ningún tipo de evidencia, porque si utilizase alguna evidencia científica real, daría igual que fuera una sola página entre millones.
De todos modos me imagino que los criterios para considerar no vacunar a un niño pasa por varias premisas,
Toda vacuna expone al organismo a un riesgo, no sería el primer caso en el que la reacción a la misma produce una inmunodeficiencia mucho peor que la enfermedad a combatir o la enfermedad en sí misma. Algunos casos resultaron sonados como los del papiloma, pero al igual que con todos los restantes medicamentos, el beneficio potencial de su uso se pondera a sus posibles efectos secundarios y se considera que es mayor el beneficio que el perjuicio.
El antivacuna informado es o podría ser consciente de lo anterior, y le movería el egoísmo. Si todos los niños con los que tiene contacto mi hijo están vacunados, las probabilidades de contraer la enfermedad podrían no compensar la probabilidades de sufrir los efectos secundarios.
Los casos en los que se contrae la enfermedad en un no vacunado tienen mucho más impacto social, pero, ¿son tantos?, el antivacuna hablaría ahí igual que el que asume los riesgos de la vacuna pero sin pagar por ella.
El problema de fondo y la incongruencia del antivacuna es que hace publicidad de serlo y pretende que todo el mundo adopte su filosofía, hecho que provocaría la llegada de un momento en el que el número personas no vacunadas fuera relevante para acabar propagando la enfermedad y que la profilaxis por ausencia de contacto dejase de ser efectiva.
NOTA DE SIESP:
Por supuesto, como siempre, tu comentario es muy inteligente. El ser humano dispone de dos opciones para dirigir ss vida: la emoción y el conocimiento. Los antivacunas se guían exclusivamente por la emoción ya que los datos científicos no avalan sus tesis. Y desde el conocimiento, si hablo sólo por mi entorno, puedo aseguran que no conozco ningún caso de reacción negativa a las vacunas en ningún niño. Por supuesto que hay casos (fuera de mi entorno), pero la excepcionalidad nunca es norma.
La política de no vacunar esperando no contraer enfermedades porque el resto del mundo está vacunado es perversa. Si todos hicieran lo mismo que los antivacunas, la humanidad se vería mermada cíclicamente como lo ha sido en el pasado.
En definitiva, a quien se ha unido al PP, o al Barsa, o al Madrid, o a Alonso, o a Nadal, o a la secta católica, o a… por la vía de la emoción, es imposible hacerle cambiar de opinión. Los cambios se producen por el Conocimiento, ese que obliga a las pruebas a prevalecer sobre los prejuicios.
Un abrazo.