Según nos cuenta Miguel Artime en su blog, la Ciencia ha conseguido un doble gran logro estos últimos días. Y es que, por un lado, los antivacunas han recibido un ‘¡zas en toda la boca!’ al resultar negativo el estudio que encargaron para relacionar a las vacunas con el autismo, algo trágico cómico. Y por otro lado, los servicios médicos estatales y privados de todo el mundo estarían encantados de contar con una herramienta única capaz de analizar muestras clínicas en busca de todo tipo de enfermedades o infecciones, cosa que por el momento queda bastante lejos… pero el ViroCap ¡puede conseguirlo!
Por ejemplo pensemos en los virus, existe todo un amplio abanico de virus ahí fuera capaz de provocar mil y una enfermedades, muchos de los cuales pueden presentar síntomas similares, o lo que es peor, ningún síntoma en absoluto. No es de extrañar que los doctores pierdan mucho tiempo (costoso) intentando realizar las distintas pruebas ideadas para cada virus, en busca de un culpable.
Bien, pues esto podría estar a punto de pasar a la historia si como acaban de anunciar científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis dirigidos por Gregory Storch, estamos muy cerca de contar con un test universal (al que llaman ViroCap) que podría rastrear la presencia de cualquier virus conocido en una sola muestra. Según puedo leer sobre este nuevo método analítico, lo que maravilla no es solo el amplio espectro en el que busca, sino su «sensibilidad». Al parecer es capaz de detectar sub-tipos de virus recientemente mutados y que por tanto han variado su material genético ligeramente con respecto al del patrón empleado en la búsqueda. El trabajo acaba de publicarse en Genome Research y como podéis imaginar, es esperanzador.
Y ahora vamos con la parte trágico cómica que os anunciaba. No existen dudas en el entorno científico sobre el supuesto vínculo entre la vacunación y la aparición del autismo. Estudio tras estudio, el sistema de doble ciego ha mostrado que no hay relación entre ambas, e incluso las conclusiones de la investigación original que dio lugar al mito, han sido falseadas. A pesar de todo, los antivacunas no han detenido la maquinaria del infundio, llegando incluso a «crear» datos que diesen apoyo a sus creencias, y financiando estudios en los que el resultado final aparecía marcado de antemano… ya se sabe que quien paga exige.
Pero incluso así les ha salido el tiro por la culata. Después de haber financiado parcialmente un estudio de seis años sobre la efectividad de las vacunas y sus efectos en el desarrollo neurológico y del comportamiento social, para el cual se trabajó con macacos, finalmente los resultados han concluido que no hay relación entre vacunas y autismo. Obviamente el grupo, llamado SafeMinds, ha puesto en duda el trabajo que ellos mismos encargaron puesto que las conclusiones no han sido las esperadas, por lo que en su web han publicado una nota victimista en la que muestran su preocupación «sobre los cambios efectuados en el diseño del protocolo del estudio, que podría haber conducido a estos resultados contradictorios». En fin, ya se sabe, cuando el trabajo no me da la razón, lo que está mal es el trabajo.
Este ‘zas en toda la boca’ para los antivacunas, lo vi en Ifl Science.
PD.- ¡Cuánto juego daría Mandy en este post! (Te echamos de menos).
Obligatorio leer: Los anti-vacunas se llenan de ‘mierda’, Hay que depurar la Medicina, Pseudociencia en Oncología, La Expedición Filantrópica de la Vacuna, La Psicología científica y las pseudopsicologías, ¿La Ciencia es prepotente? y La pseudociencia ¡¡mata!!
¡Estos antivacunas son unos caradura!
Habría que preguntarles que les parece que: ya no se vean epidemias de viruela, ni personas cojas o inválidas por la poliomelitis, o muertes por culpa de la rabia, y tantas otras enfermedades que son frenadas gracias a las vacunas.
En fin, no entiendo como puede haber tanta «ignorancia dogmática» en este mundo interconectado y con acceso a la información en la punta de los dedos.
Saludos
NOTA DE SIESP:
No conozco a ningún antivacunas que no esté vacunado. Todos lo están. Sin embargo, quienes sufren su delirio son sus hijos. Lo lamento por ellos, ya que es una pena que su descerebrada actitud no les afecte a ellos.
En fin, deberían ser los poderes públicos quienes exigieran responsabilidades a unos padres que no saben mantener vivos a sus hijos (ya hubieran querido esas vacunas los neardentales o cromañones, y los antivacunas rechazando la Vida).
Un abrazo.
A ver si inventan de una vez la vacuna contra la estupidez, nos está haciendo muuuuuuucha falta.
NOTA DE SIESP:
Lo más irónico del caso es que esa vacuna ya está inventada; lo que pasa es que el estúpido debe admitir primero que lo es para ser inoculado. Mientras se sientan cómodos con sus estafadores va a ser difícil que abran los ojos y piensen por ellos mismos.
Un abrazo.
PD.- Gracias por colaborar a mantener viva la memoria de Mandy (sabes que él te apreciaba un montón).
«cuando el trabajo no me da la razón, lo que está mal es el trabajo»
Jajaja todavia no entiendo como hay personas que estan en contra de las vacunas, y lo peor es que ni con hechos claros quieren entender.
NOTA DE SIESP:
En los países avanzados, cuando unos padres maltratan a sus hijos se les retira la patria potestad. Será por eso que el movimiento «antivacunas» se desarrolla tan fácilmente en estos países, y lo hace para que se permita a los padres descerebtados maltratar (no vacunando) a sus hijos.
Luego, cuando mueren, quizás se consuelen alegando que se trata de la «voluntad de dios», en lugar de pensar en su propia estupidez.
Buscar exclusivamente las experiencias que avalen los prejuicios no es científico. Las pruebas pueden revocar nuestros prejuicios, y las personas sensatas cambiamos de opinión con arreglo a ellas. Los torpes siguen en el error.
Un abrazo.