Un gemelo no nacido se convierte en el ‘padre’ de su sobrino. ¿Cómo puede una persona que nunca ha nacido ser padre… ¡del hijo de su hermano gemelo!? No se trata de una película de ciencia ficción, sino de quimerismo, un extraño fenómeno genético con el que se ha encontrado una pareja estadounidense.
La pareja, de Washington, se sometió a una prueba de paternidad tras enterarse de que el grupo sanguíneo de su hijo no coincidía con el de ninguno de los progenitores. Los padres, que habían logrado concebir gracias a la ayuda de una clínica de reproducción, pensaron que se trataba de un error médico.
Después de una primera prueba fallida, acudieron a un centro especializado para realizar una prueba de ascendencia genética, que determinó que el hombre era, en realidad, el tío de su hijo y que sólo coincidían el 10% de sus genes. Además, la información genética del esperma del hombre era diferente de la de su saliva. Finalmente, los médicos llegaron a una conclusión asombrosa: el verdadero padre genético del niño era el hermano gemelo no nacido del hombre.
Así, este hombre de 34 años de edad se ha convertido en el primer caso registrado de una prueba de paternidad afectada por la denominada ‘quimera humana’: genes adicionales de un mellizo, cuyo ADN fue absorbido por el cigoto superviviente mientras aún se encontraba en el vientre materno.
Los científicos creen que alrededor de uno de cada ocho partos individuales comienza como embarazo múltiple y que, en ocasiones, las células de los hermanos desaparecidos las absorbe el embrión superviviente. Sin embargo, rara vez se descubren estos casos.
«Incluso los genetistas estamos sorprendidísimos», ha asegurado Barry Starr, genetista de la Universidad de Stanford (EE.UU.), a BuzzFeed.
Hace unos años, a la muerte de un familiar mío, rebuscando entre sus papeles encontré una carta que desveló el motivo de su fallecimiento. Iba dirigida al juez de instrucción y decía lo siguiente:
Sr. Juez: No acuse a nadie de mi muerte. Me he suicidado.
Hace unos años conocí a una mujer, ya madura, me enamoré y me casé con ella. A su vez, mi mujer tenía una hija atractiva que se enamoró de mi padre durante mi boda y acabaron casándose también.
De manera que mi hija era mi madre y mi mujer, al ser la madre de mi madre, era mi abuela. Pero ahí no acaba todo: Los hijos de mi padre eran mis nietos, mis hijos eran hermanos de mi padre y mi padre era mi hijo. Pero si yo soy el padre de mi padre… entonces ¡¡soy mi propio abuelo!!
¿Comprende, señoría, este lío? No he tenido más remedio que suicidarme.
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