Gerard Piqué Bernabéu es un buen futbolista catalán del F.C. Barcelona y de la selección española. Además, tiene la suerte de disfrutar de la vida junto a Shakira. Y a Piqué le gusta la marcha.
Los posibles defectos del nacionalismo catalán son criticados precisamente por los nacionalistas españoles. Si un estadio de futbol pita cuando suena el himno de España, echan la culpa entre otros a Piqué (el cual permanece firme, serio y en formación en señal de respeto). Si Piqué dice que ha ganado la liga a los ‘españolitos’, éstos arremeten contra él por unas palabras más o menos desafortunadas.
Sin embargo, el peor nacionalismo es ese que califica a los catalanes de “extranjeros” pero no está dispuesto a concederles la independencia. Y hay catalanes que no quieren ser independientes, pero de eso tampoco tiene la culpa Piqué.
En mi caso particular, por respeto, yo no pitaría ningún himno ni me reiría de ninguna bandera. Pero exijo que se reconozca mi derecho a poder pitarlos. Repito, para torpes: mi sentido del respeto no está reñido con mi lucha por los derechos. El día que, en España, tengamos los mismos derechos que en los Estados Unidos de Norteamérica (donde se puede quemar la bandera frente a la Casa Blanca sin que te pase nada), tal vez habremos logrado dar un salto a favor de la convivencia.
Me asquean quienes critican en Piqué lo que aplaudían en otro Piqué: Uno, el primero, realiza manifestaciones (libertad de expresión), y otro, un ex–ministro de Asnar, se alquilaba a sí mismo su propia casa para evadir impuestos, lo mismo que hacen esos tipejos a los que se les llena la boca con la palabra “España” y les tocamos el himno cuando ganan carreras de coches pero tienen su residencia en Suiza para no pagar ni un euro al erario público español. Piqué, el futbolista, paga impuestos en España.
Me encanta la tolerancia. Prefiero tender puentes antes que romperlos. Pero tantos años de PP recogiendo firmas contra los catalanes no pueden querer luego que éstos se postren a los enfangados pies de los nacionalistas españoles. ¡Viva la tolerancia! (Gerard Pique, yo te entiendo y… te envidio 😉 )
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