El Ministro y la Virgen

El Ministro del Interior del gobierno de España, Jorge Fernández Díaz, se empeña, una vez más, en dejarnos en ridículo. Y para demostrar la catadura moral de este tipejo, nada mejor que divulgar el Editorial de hoy en ‘La Ventana’ (programa de radio de la SER) por su director, Carles Francino:

‘’’La Audiencia Nacional, la misma instancia judicial que trata el terrorismo, el narcotráfico, la corrupción, tiene que pronunciarse sobre si una Virgen, concretamente Nuestra Señora María Santísima del Amor, puede o no ser condecorada.

Esto nos remite a una polémica que planteamos no hace mucho aquí: el que, si somos un Estado aconfesional, ¿por qué nos cuelan la religión católica en la vida pública cada dos por tres? Y claro, que el ministerio del Interior le concediera a la Virgen la Medalla de Oro al Mérito Policial, bueno, eso ya dijimos en su momento que pasaba un poco de castaño oscuro.

Bien, pues ahora dos colectivos laicos han conseguido, con un argumentario no exento de ironía, que la Audiencia les admita a trámite una demanda contra el Ministerio. Y a primera vista tienen ‘más razón que un santo’, ya que la Virgen no se ajusta a los requisitos para obtener esa condecoración: ni es miembro de las Fuerzas de Seguridad, ni tan siquiera es persona, con lo cual aquello de «mutilación o muerte en acto de servicio» tampoco cabe.

Resumiendo, que algún juez de la Audiencia tendrá que dedicar parte de su tiempo a solventar este litigio, como si no hubiera asuntos más graves que atender. Aunque la culpa no es de los demandantes, aquí el problema es mezclar churras con merinas, porque la religión es algo íntimo, privado, respetable, pero la esfera pública nos pertenece a todos. Y tal vez no haga falta llegar a lo de ayer en Sevilla, donde salió en procesión la Anarcocofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales. No es necesario, vale, pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Así nos evitamos dos cosas: problemas y hacer el ridículo’’’.

Y mientras –esto lo dice Siesp– otro ministro ultra del gobierno, Gallardón, se dedica a indultar a amiguetes homicidas de la carretera y también a excarcelar narcotraficantes, algo de lo que ni la Virgen podrá salvarlo de tener que pasar toda la eternidad con sus asesinos ideólogos en jefe: Franco y Pinochet.
¡Ya está bien! ¡¡Exijo, como ateo, el mismo respeto que los meapilas piden para sí mismos!!

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