En pleno siglo XXI era para que uno pensase en un doctor en ciencias como la “élite intelectual”. Pues no. Resulta que existen individuos teóricamente bien formados pero cuyas ideas son de lo más extravagantes que uno puede imaginar. Como muestra ya traté algo así en el post “Médicos católicos alemanes”.
"Moderna" ley natural: la lapidación
Sin embargo, hete aquí que una amiga me ha comentado la conversación entre ella (científica) y otra chica (también científica) que soltó, como la que caga y se queda tan tranquila: “existe una ley natural, que todo el mundo sabe lo que es correcto o no aunque a veces las culturas sean capaces de tapar esa ley natural”.
¿Qué es una ley natural? Hasta ahora yo pensaba que la humanidad iba descubriendo las diversas leyes que rigen la Naturaleza (como la que hace caer al agua en el hondo – gravedad – ). Pero también quedan huecos en las cortezas cerebrales de algunas científicas que han sido rellenados por el más instintivo cerebro reptiliano, hasta el punto de decir que los niños saben diferenciar el bien del mal y, ante el enfrentamiento con sus propias contradicciones que mi amiga le planteó sobre los diversos conceptos respecto al bien que hoy nos parecen aberrantes (sacrificios humanos incluidos), la chica exhorta a mi confidente a que le nombre una religión que permita matar. ¡¡Tachín!! (Es una pena que esa doctora desconozca la historia de las religiones con la Inquisición, pero que, siendo una persona “formada” desconozca los atentados del 11-S es para aplicarle en la cabeza su propia “ley natural” a modo de lobotomía).
"Arte religioso"
Así las cosas, la sucedánea de humano comienza a cambiar de tema y arremete contra el movimiento 15-M, ¡justo por lo mismo que ella se queja! Y es que el daño cerebral causado por los Pío Moa, Amando de Miguel, Fegueguico Jiménez Losdemonios, César Vidal, Juan Manuel de Prada, etc, en tanta gente, nos ha llevado a pervertir la Historia de tal manera que, dentro de pocos años, como diría mi amigo Radagast, acabaremos por asumir a “Adolf Hitler como creativo empresario de jabones”. En fin, amiga Jez, si hoy agotamos nuestra capacidad de paciencia, antes de los 40 nos tendrían que ingresar en un psiquiátrico junto a Russell, Sagan, Dawkins, Pinker, Bunge, Asimov… y tantos otros que convertiremos ese psiquiátrico en la nueva Biblioteca de Alejandría 😛
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Misterios al descubierto 