Deberíamos comenzar a levantar la vista más allá de nuestros problemas cercanos. La llamada crisis económica puede sumir a todo un pueblo en la tristeza (además de agravar las situaciones particulares). Y con ese arma juegan los dueños del
mundo. Ya no somos los ciudadanos quienes gobernamos; la democracia ha hecho crash.
Los llamados “mercados” gobiernan a su antojo: han provocado el fracaso del propio capitalismo y ahora “las recetas” son más de lo mismo. Es lo que se denomina un “tratamiento homeopático de choque”, es decir, los propios mercados obligan a los gobiernos a adoptar medidas puramente capitalistas para salvarse “ellos” en perjuicio de los ciudadanos. Veamos.
Hace una década las potencias económicas mundiales (EEUU y China) se enfrentaban a un fenómeno nuevo: el Euro. Una nueva economía emergente basada en una infraestructura europea más desarrollada pero sin recursos energéticos. Sea como fuere, la debilidad del dólar norteamericano hizo plantearse a los países productores de petróleo (OPEP) tomar como referencia para las transacciones el Euro en vez del dólar.
A la cabeza de esos países se encontraban Iraq y Venezuela. Y qué casualidad que Iraq fue invadido y a Venezuela se le organizó un golpe de estado que, al final, no triunfó, pero el caso es que ya no se volvió a hablar del asunto. No obstante, el euro seguía fortaleciéndose.
Pero los “mercados” (que no tienen nacionalidad) se han convertido en una máquina de devorar países con el único fin del beneficio inmediato. Son como el cáncer capaz de matar el cuerpo que lo sustenta. ¡¡Hasta que los ciudadanos digamos basta!! Como no pueden invadir militarmente Europa (como con Iraq) ni provocar golpes de estado en democracias consolidadas, se han dedicado a asesinar su moneda. ¿Cómo? Pues atacando como un verdadero tiranosaurio rex a un mastodonte: dando mordiscos en los flancos más débiles para ver si el barco europeo se hunde. ¡¡Y lo están consiguiendo!!
Es una verdadera pena que no haya carisma en esta vieja Europa donde los grandes estadistas Helmut Kohl y Felipe González diseñaron un escenario perfecto que se quedó sin dirigentes de categoría para mantenerlo: Un Zarkozy vedette, un Berlusconi payaso, un Asnar guerrero, un Blair subnormal, una Merkel sin personalidad y un Zapatero nada influyente han convergido para que los mercados destrocen el Euro a su antojo.
Los grandes capitales no saben con quién se la están jugando: la solución capitalista, como antes fue la comunista, ha fracasado. Y nos ha pillado con una maniobra coordinada de desaparición de la socialdemocracia, la única opción que significó verdadero avance en Europa. Los mercados se frotan las manos cuando ven a los dirigentes democráticos someterse a su dictadura.
Me parece que Cantoná no estará solo y surgirán más Cantonás. La ciudadanía empieza a hartarse de mediocres. Y en estas estamos cuando los parabolanos ya están dispuestos a hacerse con el poder (el dinero ya se lo llevaron).
Y hoy aparece el Secretario de Intoxicación Comunicación del partido de los 100.000 procesados por corrupción, un tal Pons, a ayudar a los mercados a hundir más el país para que se haga bueno aquello que los desleales y canallas esgrimen con tanta desvergüenza: “cuanto peor, mejor para nosotros”. Eso no es honesto.
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