Editorial de Javier Casal en Hora25 (26/4/10): Dos cosas; una es que en el Partido Popular, de memoria andan escasos y no recuerdan su participación en manifestaciones varias, el Estatut, ley del aborto,… pero, por ir al caso concreto de una resolución judicial, está claro que en Génova nadie recuerda la presión que ejercieron sobre el mismo Tribunal Supremo cuando este tribunal debía decidir sobre la rebaja de la pena al etarra De Juana Chaos. Esto valía porque defendían a las víctimas, pero estas otras víctimas, las del franquismo, deben ser de segunda división para este partido. Eso es lo primero, lo de su “particular” Memoria Histórica.
Y lo segundo es que el sábado no estuvieron en ninguna de las marchas de apoyo al juez Garzón porque, si hubieran estado, se darían cuenta de varias cosas que derrumban los argumentos de hoy, de su portavoz Esteban González Pons (el gobierno de España está más cerca de las minorías radicales que de los ciudadanos españoles. Cuando desde el gobierno, como está haciendo Zapatero y sus ministros, se ataca a las instituciones neutrales como el Tribunal Supremo, se le causa un daño a la democracia de los que se tarda tiempo en cicatrizar). Pons habla de minorías radicales, de marcha radical, en fin, que sepamos, no hubo enfrentamientos, fue una manifestación silenciosa, no se escucharon proclamas sectarias como las que se escuchan en otras concentraciones en las que los manifestantes, por ejemplo, se acuerdan del abuelo del Presidente – en el mejor de los casos –.
Tampoco se sostiene que el Partido Popular siga acusando al Ejecutivo de alentar estas protestas en la calle; el sábado no había presencia gubernamental y si Pons hubiera estado allí sabría, además, que la gente fue a honrar a los suyos, con las fotos de sus víctimas y con un manifiesto que tuvo nulo contenido político y una crítica contada, ¡una!, a los jueces. El Partido Popular se agarra a unas cuantas banderas republicanas para cuestionar a los manifestantes su causa, tachar a los asistentes de radicales, y de paso culpar al Gobierno de que alguien ejerza el derecho a manifestarse libremente.
A estas alturas de la película uno no sabe qué escuece más en Génova, si el pasado franquista de alguno de sus militantes, o simplemente la labor de un juez molesto que ha puesto al descubierto algunas miserias de la política. Algo que, seguro, perjudica mucho más a la democracia que una manifestación libre. (Aquí es donde Siesp… se quita el sombrero).
NOTA de Siesp…: El Partido Podrido, en España, no tiene a ningún otro partido político a su derecha, ¿saben por qué? Porque en España toda la extrema derecha está dentro del Partido Podrido. Lo que resulta más que evidente es que los parabolanos que salen a la calle de vez en cuando, detrás de los obispos y de la cúpula del Partido Podrido, lanzan proclamas deseando la muerte de los adversarios políticos, con expresiones que Rouco y sus secuaces (Oreja, Asnar y Rajoy), allí presentes, no condenan. ¡Estos son la extrema derecha fascista!
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