Dos vagones de un tren que llevaba gas han explotado produciendo, al menos, 13 muertos y más de 50 heridos incluido el derrumbe de algunos edificios. El accidente se ha producido cuando el convoy se acercaba a la estación de la localidad de Viareggio, según ha informado esta noche la RAI.
Según el diario El Corriere della Sera, el convoy descarriló al filo de la medianoche cuando se aproximaba a la estación de la ciudad, lo que pudo haber causado el accidente. Otra hipótesis que se baraja es un choque entre dos trenes.
Fuentes oficiales de Lucca han informado de que la explosión de los dos vagones cargados generó un «efecto bomba» cuya onda expansiva ha afectado a varios edificios que se han derrumbado, mientras que otros se encuentran en llamas. Los bomberos han evacuado los inmuebles de la zona por temor a que se produzcan nuevos estallidos.
El tren, formado por 14 vagones, venía del puerto de La Spezia y se dirigía hacia Pisa. Tanto los muertos como los heridos son civiles que se encontraban en la zona residencial cercana al área de la explosión.
Cuando un país está regido por un dictador que no se preocupa por el bienestar de sus ciudadanos sino por promulgar leyes que impidan juzgarlo por delincuente, las infraestructuras son las primeras que sufren la dejadez del corrupto gobierno italiano. Antes fue el Terremoto de Italia, después las fiestas con nenitas del ancianísimo Duche, despreocupado de todo porque es dueño de los medios de comunicación italianos, ahora los trenes explosionan… Ojalá Italia despierte un día y repita el último paseo histórico del Duche.
El desastre en Italia no es esta explosión, ni el terremoto, sino que el país sufra en sus carnes el desmantelamiento de la democracia que se está efectuando ante la impasibilidad de los italianos y la connivencia de la Iglesia Católica, callada como una puta una vez más.