Al más puro estilo musulmán, donde las estampidas en La Meca producen muchos muertos casi todos los años, en Angola, el Papa Benedicto XVI ha provocado otra estampida que acabó con la muerte de dos jóvenes y múltiples heridos. El Papa se irá de allí, y las familias de los fallecidos rezarán por la profunda huella que Dios ha dejado en ellos, mientras Su Santidad regresa al mundo de la opulencia, no vaya a ser que en Angola coja el SIDA. Eso sí, con más cara que cerebro, exhortó a los angoleños a que combatieran el “espiritismo”, bendiciéndolos con el “Espíritu” Santo. ¡Manda webos!
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No me interesa el papa ni sus viajes, pero no veo ninguna relación en que una estampida humana causa la muerte de unas personas con la voluntad de ese viejito.
El papa no produce muerte, una estampida cusa la causa de la muerte.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Bien dicho. Eso mismo es lo que piensan las familias de los dos jóvenes fallecidos. Es una manera de consolarse.
Reconociendo lo demagógico de mi razonamiento, hemos de convenir que no lo es más que los argumentos «papales» respecto a cualquier tema que toca, ¿no?.
Gracias por comentar. Un abrazo.
siempre he pensado que para que un engaño suceda, se necesitan 2: uno que engañe, y un pendejo que se lo crea. cada quien es culpable de su pereza mental.
NOTA DEL BLOGMASTER:
Me ha gustado mucho tu comentario, espero que sigas haciéndolo tan bien en otras entradas. Gracias por pasar por aquí.